La salud mental
Mucha digitalización, mucha inteligencia artificial, muchas relaciones 'online' y amigos virtuales, mucha conectividad pero la realidad, la pura realidad de todo es que cada día estamos más solos, nos sentimos más frustrados y no tenemos herramientas para salir de situaciones emocionales de bloqueo.
Desde luego, hemos avanzado mucho por una vía pero hemos retrocedido otro tanto o más por otra. Desgraciadamente siempre esto es así, cuando se produce un avance en un sentido, se corresponde con un retroceso en otro y en consecuencia, ahí están los datos de salud mental y el crecimiento exponencial del número de casos en los últimos años. Es cierto también que estos datos se han disparado exponencialmente con la pandemia. Pero es que la pandemia solo ha sido un botón de activación a situaciones que ya estaban ahí, ocultas, y han aflorado.
Especialmente preocupante es el aumento de casos de salud mental entre los jóvenes y lo que es peor, la tremenda falta de medios públicos para atender a un problema creciente. Se han empezado a introducir psicólogos en los centros de salud pero no es suficiente porque el poder lograr entrar en un listado no es cosa fácil.
El problema es hoy una ola, una gran ola que amenaza con ser tsunami dentro de unos años y es algo que se debe afrontar desde una perspectiva global, escuchando a familias, educadores, colegios, sanitarios...
Lo que ha ocurrido esta semana en Cataluña, con dos gemelas de doce años que decidieron tirarse al vacío -una de ellas falleció- como forma de solucionar sus problemas, y en Valencia, con la dimisión en bloque de la dirección de un instituto ante la falta de medios para poder atender a los alumnos con conductas suicidas o violentas, ponen en evidencia la dimensión del problema. Y también la necesidad de que, por una vez, se tomen de verdad acciones que ayuden de verdad.