Opinión

El Papa Francisco y Putin

El Papa Francisco y Putin
El Papa Francisco; tan criticado por algunos arzobispos y obispos, por grupos católicos situados en el extremo de la espiritualidad más alejada al Evangelio, por esos que piensan que un Papa ha de ser un hombre arrimado al magisterio más rancio; ha pedido a Putin que levante el pie porque las cosas no pueden seguir así.

Y, al mismo tiempo, le ha pedido a  Zelenski «que esté abierto a propuestas de paz serias». El Papa Francisco ya ha dicho que esto no es una película de vaqueros, que esto no va de buenos y  de malos y que esto no es un conflicto local sino la III Guerra Mundial en todo su esplendor. No deja de dar en el clavo el Papa Francisco.

Jorge  Bergoglio  tiene los pies pegados al suelo. Sabe que sin estar en contacto con lo mundano es imposible creer en Dios. A veces, tiene las cosas tan claras que hasta  se le escapan y las dice. Por supuesto, entonces, se monta un laberinto de miedo y suele matizar obligado por las circunstancias. El Papa se ha atrevido con algunas cosas que son lastre para una Iglesia en plena decadencia. Pero las presiones son tan brutales que no termina de poder afrontar los problemas con garantías.

El Papa Francisco dice lo que tiene que decir en el caso de la guerra de Putin. Nadie le va a escuchar entre los mandatarios que se empeñan en que esta guerra se alargue con la excusa de la legalidad internacional que tantas veces se pisotea por parte de los occidentales. Es verdad que no se puede dejar a un loco o a un tipo violento que haga lo que se le antoje. Pero es tan verdad como que la incapacidad para el diálogo entre los líderes mundiales es atroz. Invito a todo el que quiera saber qué ha pasado en Ucrania durante los últimos 20 años a que busque información y no se deje influenciar por una sola forma de ver las cosas.

El Papa Francisco pide a Putin y a Zelenski que echen el freno. A los dos. Y los hace sabiendo muy bien lo que dice. Además, lo hace en un momento crítico en el que todo puede saltar por los aires. ¿Recuerdan la última vez que en Estados Unidos pidieron que sus compatriotas abandonasen un territorio? Pues lo han vuelto a pedir a los que viven en Rusia.

Aunque parezca que no pasa nada y nosotros sigamos a lo nuestro, la cosa se está poniendo muy difícil. Por eso, el Papa Francisco lo dice con tanta claridad.