Opinión

Semana de pasión

Semana de pasión

Estamos entrando en la semana de pasión . Catequesis en nuestras calles sobre la crucifixión de Cristo y su resurrección. Y todo fue consumado. Consumada tu pasión después de haber expirado, Cristo en la crucifixión.

Tendríamos que llorar, a llanto lento ese desolado momento. La desolada agonía de tu Expiración que vamos viviendo en nuestra calles. Y lloramos Señor, más no cuanto deberíamos. Tendríamos que poner nuestro corazón de rodillas, para pedirte perdón. Y nos arrodillamos, pero como deberíamos. Tendríamos que darte besos de arrepentimiento.  claro que nos arrepentimos pero no cuanto deberíamos y tú mereces.

Y a mi me duele, y nos debería doler a todos, pero también te digo que bendigo tu pasión porque bien mirado, yo sé, sabemos que estamos perdonados. Y resucitados, gracias a que has expirado y después resucitado, Cristo en tu crucifixión. La escena sería así : Y lo crucificaron. El Evangelio no añade más. Ni siquiera pinta la escena. Ni describe los detalles. La frase es todo un desafío a la sobriedad, a la exactitud y al laconismo.

No hace falta Más. Todo está dicho. Es imposible apretar más tortura en una sola palabra.

Y automáticamente, sobre ese Cristo colgado de un palo, cayó también, en su plenitud y sin atenuantes, una maldición divina que desde hacía siglos, estaba promulgada por Moisés, legislador de Yahvé, en el libro del Deuteronomio: “Todo el que sea colgado de un palo será maldito de Dios”.

Eso es un Cristo crucificado, un cúmulo de maldiciones divinas y humanas. Y, sin embargo, es un imán irresistible, Y para toda la humanidad, de una u otra manera, la cruz se convierte en un polo de atracción que tira de nosotros hacia EL. Porque él lo sabía y contaba con ello; y estaba tan seguro que se atrevió a anunciarlo en vida, en aquel desafío profético , arriesgado y profundo:” Y yo, cuando sea levantado en alto, arrastraré hacia mí todas las cosas”.