ALGECIRAS. - La resaca vive, como todo el algecirismo, una jornada feliz y sobre todo tranquila. No caben muchas en la centenaria historia de nuestra entidad pero la gente de Mere ha conseguido, pese a todo lo que ha soportado, que las dos jornadas de la interminable liga sean un mero trámite. Ni tan siquiera la posibilidad, ganando en Coria, de alcanzar los 100 puntos, altera el pulso de la gente que, hace bien, sólo piensa ya en el sorteo, el rival y lo que se espera sea una fiesta que permanece contenida en el espíritu de todo buen algecirista desde aquella tarde de Mestalla, aunque mejor habría que decir desde aquel gol de Menudo, el del Cartagena. Esto ha provocado, con lo de lógico e injusto que tiene, un disfrute menor de un equipo que ha hecho historia pero que debe rematar la faena con ese ansiado ascenso, aunque debe hacerlo con la calma que ha tenido para ir superando obstáculos, que no han sido pocos, durante el año. Del partido ante el San Juan, que se desarrolló según lo esperado, hay que sacar algunas cosas positivas, entendiendo que el entorno y la presión se prestaban al lucimiento. Lo mejor, no por lógico está de más recordarlo, la buena imagen de Edu. También cumplió Anaya y Pablo de Castro dejó ver, otra vez, que tiene mucho margen de mejora. Condiciones le sobran. De paso marcó Caba, lo necesitaba, y Willy sigue en estado de gracia. Lo dicho, que lo futbolístico está casi aparcado hasta el próximo lunes cuando llegue el momento de reactivar eso que tanto gusta a los que sentimos y padecemos esta sagrada religión. El lunes próximo habrá nervios, especulaciones y deseos de cara al sorteo. Los jugadores, ya lo comentamos en la crónica, tienen la corazonada de viaje a las islas. Veremos. En cualquier caso lo seguro es que la gente, la calle, el entorno y todo lo que rodea al club, tanto los habituales, los que van y vienen o los que se suben al carro, que no es crítica aunque ojalá se queden, quieren ya vivir esa experiencia. Para algunos niños, enorme el trabajo de la directiva en este sentido, será la primera vez y seguro que a partir de entonces cambia su percepción del equipo de su ciudad. Y hablando de futuro también comienza a moverse el ámbito electoral. No, nos referimos al del 24 de mayo, sino al de el club. Parece que la actual directiva está dispuesta a continuar, aunque aún no lo ha confirmado. Lo primero es el ascenso. También hay movimientos más o menos ciertos pero que están esperando, hacen bien, por aquello de lo que hay en juego. Desde esta humilde columna apuntamos la posibilidad de ir acelerando los plazos legales para que la próxima directiva, sea la que sea, pueda planificar, ojalá que en Segunda B, su proyecto. En la calle ya está la posible llegada de Domingo García Campillo, aunque él no ha confirmado que vaya a presentarse. A su favor cuenta la imagen, la buena gestión siempre que ha estado en la entidad, el equipo con el que se podría rodear, huelga decir que Salvador Triano estaría ahí, y la experiencia. También se baraja la llegada de Francisco García Corral, Ricardo Almagro y otros ilustres rojiblancos. Vale lo mismo comentado anteriormente y que se puede aplicar a la actual directiva. Es decir, el algecirismo de todos está fuera de toda duda. Luego acertarán o no, pero, en principio, nadie puede dudar de la mala fe de los tres, por decirlo de alguna manera, grupos. En el caso de Corral se está especulando sobre la apuesta de un grupo gallego que representa jugadores europeos. Por lo que sabemos en Horasur, y con las lógicas reservas, se trataría de explicar las cosas claramente. Qué un grupo de representación quiera hacer negocio con un club apetecible como el nuestro es lógico. Si eso genera ingresos, para ellos y para la entidad, beneficios en el campo y en los despachos, no se acaba con patrimonio y se tiene a gente dentro controlando que el Algeciras siga siendo nuestro club, será cuestión de, al menos, escucharlo. Pero esto sólo es una aportación de un socio, aficionado y contador de historias que sólo quiere lo mejor para su club. Lo primero, ahí creo que coincidiremos todos, el ascenso a Segunda B. Se lo merece mucha gente que está dentro, pero sobre todo, el equipo, el grupo técnico y la directiva que se llevó un tremendo mazazo, como todos, hace ahora un año. (Ánimo Iván)