Opinión

Correos es un problema viejo

Correos es un problema viejo
En un momento de máxima crispación política es cierto que no es conveniente sembrar desconfianzas en los servicios públicos pero el problema no se puede negar porque realmente existe.

El mensaje lanzado por el líder del PP, Alberto Núñez Feijoó, llamando a los carteros de toda España a hacer un esfuerzo y trabajar «mañana, tarde y noche» para repartir el voto por correo y no dejar a nadie sin esa oportunidad -ayer precisamente acabó el plazo para solicitarlo- se ha interpretado por algunos sectores y el Gobierno de Pedro Sánchez como un ataque de los populares, cuestionando a la dirección de Correos, cuyo presidente fue jefe del Gabinete de Sánchez, y sus intenciones.
En un momento de máxima crispación política es cierto que no es conveniente sembrar desconfianzas en los servicios públicos pero el problema no se puede negar porque  realmente existe . Han sido los propios trabajadores de Correos los que han asegurado que no tienen capacidad para dar una respuesta eficiente al voto por correo y que están desbordados.
Los sindicatos aseguran  que, pese a las cifras dadas a nivel nacional de aumentos de plantilla,  no se había reforzado el servicio. «Resulta absolutamente insuficiente para dar respuesta a la altísima demanda del voto por correo en esta convocatoria», aseguraba el representante de los trabajadores En esa información, en la que  apuntaba que, aunque se han ofrecido el pago de horas extra, la plantilla está «desgastada», dejando entrever que pocos están motivados para hacerlas.
El problema de Correos viene además de atrás aunque el Gobierno de España se haga el nuevo. Desde que produjo el cambio en la dirección y entró como presidente el que fuera jefe de gabinete de Sánchez no han cesado las huelgas y movilizaciones.

Los sindicatos acusan al Gobierno de tratar de recortar personal y cerrar oficinas  para «desmantelar» este servicio público. También le han acusado de generar a posta un mal funcionamiento -con la retención de paquetes- con el único objetivo de justificar su privatización. Basta ir a las hemerotecas para encontrar decenas de artículos en los últimos dos años en este sentido. Los últimos son de marzo, cuando los sindicatos CC O y CGT denunciaban de nuevo la situación de los centros de Correos «con cargas de trabajo inadmisibles», contrastadas incluso por la Inspección. 
Ahí lo dejo.