La Noche de las Velas dejó infinidad de momentos inolvidables en la noche de este jueves. La ciudad demuestra que le gusta esta joven iniciativa, de tan sólo ediciones en su haber, pero que concita la afluencia masiva de la ciudadanía en las calles del centro.

El evento cuenta con numerosos reclamos, y uno de los más atractivos es, sin duda, la música en directo, gratuita, en escenarios dispuestos por todo el centro de la ciudad.

Anoche se estrenaba un nuevo espacio que embaucó a quienes pasaron por delante. La azotea de Farmacia Hernández, un rincón entre las calles Cristóbal Colón y General Castaños, acogió la actuación de Anabel y Javi. Un dúo ya bastante conocido por los algecireños que los han visto en otros eventos cantando en la calle. 

El escenario de la azotea, sin embargo, era diferente, mágico. Era una de las citas programadas, con lo que fueron muchos los que acudieron a ver de qué se trataba.

Sobre una tarima, en lo alto del edificio, asomados a la noche algecireña, voz y guitarra fueron susurrando, acariciando el oído de la ciudad, en una complicidad mágica que dejó imágenes para el recuerdo. Imágenes, como no, captadas por el objetivo siempre certero de Tomoyuki Hotta.