Los flamencos del Campo de Gibraltar se reivindican en una noche de arte en El Embarcadero
El flamenco en el Campo de Gibraltar goza de muy buena salud. Y prueba de ello fue el derroche de arte que la nueva hornada del flamenco de la comarca dejó en los conciertos de la avenida del Embarcadero. Cante, toque y baile con mucho gusto y que sirvieron para plasmar y reivindicar la presencia de las nuevas generaciones de la zona sobre los escenarios.
Al cante, disfrutamos del eco de Antonio Carrasco, el más veterano de los presentes, curtido en el cante para atrás para artistas del baile de la talla de Antonio Gades, Antonio Canales, Rafael Amargo o Cristina Hoyos. Junto a él, Rafael El Lele, cantaor que comienza a despuntar en los escenarios tras dos décadas depurando el sonido añejo de los cantes gitanos.
A la guitarra, Antonio Martín, el más joven de los exponentes de la llamada escuela de guitarra de Algeciras, hijo del recordado Paco Martín, quien demostró que está cada vez más hecho al toque para acompañar al cante, sabiendo mecer y dar el sonido justo y apropiado a cada tercio, y recreándose en falsetas y movimientos de indiscutible jondura.
Con el acompañamiento de Miguel Santiago a la percusión, probablemente los protagonistas de la noche estuvieron en el baile. José Luis Santiago 'El Lías' y Mario de los Santos, los dos rostros más destacados de la nueva generación de bailaores algecireños, se hicieron desde el principio con el escenario, destilando la bravura y la flamencura que atesoran en cada desplante.
Una noche muy flamenca y de mucho arte, donde la plaza Alta estuvo presente en una recreación en papel en el fondo del escenario, que contribuyó a la atmósfera de intimismo y autenticidad que se respiró durante la actuación.
El siempre certero objetivo de Tomoyuki Hotta estuvo allí para inmortalizarlo.