Cultura

Música divina, directa al cielo

Música divina, directa al cielo

El Teatro Municipal Florida abría el telón en la noche de este sábado al otoño. La programación estacional arrancaba con una cita de lujo. Música clásica. Música de orquesta. Con DNI algecireño. Thalassa Orchedstra, la primera orquesta profesional del Campo de Gibraltar, dirigida por Elene Delgado-Jiménez, música algecireña asentada en Viena, el templo del clásico.

En el escenario, la belleza sencilla e inalcanzable de una rosa, simbolizaba el mensaje del concierto que iba a suceder. Un homenaje a Javier Muñoz, funcionario municipal de Cultura que perdiera la vida de forma repentina el pasado 19 de julio.

No es de extrañar, que un concierto que abría el otoño y que se dirigía al respetable con un mensaje tan emocionado, navegara a través de los sonidos más conmovedores de lo cláisico.

Crisantemi fue la obra que arrancó la noche. Una belleza cargada de sentimiento con la que precisamente Giacomo Puccini rendía despedida emocionada a la muerte de su amigo Amadeo de Saboya. 

La impresionante Adagio de quinteto para cuerdas, de Bruckner, fue la pieza que continuó en un concierto de altura que concluyó con La muerte y la doncella, de Schubert, una obra cargada también de mensaje, donde el genio austríaco rebuscó en su alma los sonidos con los que expresar la certeza de su muerte diagnosticada.

El patio de butacas del Florida enmudeció, se emocionó y palpó la gloria elevada de la música en su máxima expresión. Una música de homenaje emocionado, que llegó y tocó al cielo.

El objetivo siempre certero de Tomoyuki Hotta estuvo allí para inmortalizarlo.