La crisis del coronavirus ha provocado que aumente considerablemente el número de personas que acuden al Comedor del Padre Cruceyra, en la Avenida Agustín Bálsamo, a por un plato de comida.

Diariamente unos 6 voluntarios preparan casi 200 bolsas de comida que se reparten entre los usuarios del comedor; antes de la pandemia se daba servicio a unas 100 personas, pero a día de hoy, este número casi se multiplica por dos. ¿Qué es lo que ocurre? Básicamente que los recursos del comedor son los mismos y los gastos muchos más. 

En cada bolsa, que se reparten individualmente a cada usuario, se le proporciona un menú casero preparado por los voluntarios, todos ellos menores de 60 años. El problema radica en los envases para la comida: cada usuario se lleva consigo dos envases, es decir, que si hay 200 usuarios se necesitan un total de 400 envases diarios para poder entregar correctamente la comida a las personas que lo solicitan. Esto conlleva que el comedor se gaste al mes más de 2.000 euros solo en envases, es por ello que desde hace semanas están pidiendo a los vecinos de Algeciras que ayuden y lleven "tuppers" para que el Comedor pueda seguir realizando su labor social.

El perfil de las personas que van a solicitar un plato de comida al Comedor también ha cambiado mucho desde hace un año aproximadamente. Antes, aseguran desde el Comedor, eran los de siempre pero ahora, debido a la pandemia, hay cada vez más gente joven. 

Los responsables del comedor ha repetido en numerosas ocasiones que la institución no va a cerrar sus puertas en Algeciras, pero lo que sí demandan es una respuesta por parte de las administraciones para que su labor, que se ha visto ahora superada por la pandemia, no decaiga y puedan seguir brindado ayuda a los vecinos de Algeciras que más lo necesitan.