ALGECIRAS. - El alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, ha anunciado que la ordenanza municipal para la conservación de los caracteres del barrio de San Isidro, redactada por la Gerencia Municipal de Urbanismo, ya esta terminada, debiendo ahora ser sometida al procedimiento administrativo que desembocará en su aprobación por el pleno de la Corporación. El primer edil ha recordado que desde el comienzo del actual mandato corporativo, el delegado municipal de Urbanismo, Diego González de la Torre,  inició los trabajos para establecer los mecanismos necesarios que permitiesen dotar a una de las zonas más emblemáticas de la ciudad, como es el caso del barrio de San Isidro, de una herramienta que permitiese establecer la protección de la singularidad de este sector “que desgraciadamente, se ha ido perdiendo en algunos casos con el paso de los años, por no existir una reglamentación al respecto”. Asimismo, ha añadido Landaluce que “cabe recordar que el lunes 23 de septiembre de 2013, el pleno ordinario celebrado por este ayuntamiento aprobó una moción de IU pidiendo la redacción de una ordenanza específica para San Isidro. pero también hay que señalar que el 17 de octubre de 2009, hace casi cinco años, Diego Sánchez Rull, por aquel entonces delegado de Urbanismo, e Inmaculada Nieto, a la sazón responsable municipal de Cultura, anunciaron que la Gerencia Municipal de Urbanismo trabajaba ya en esa ordenanza, de la que nunca más se supo”. La primera autoridad municipal explica que este documento tiene por objeto establecer las determinaciones urbanísticas que garanticen la conservación de los caracteres de este barrio, conforme a lo contemplado en el catálogo de conjunto, elementos, sitios y bienes de especial protección del Plan General de Ordenación Urbana. Su ámbito de aplicación es el espacio comprendido entre las calles General Castaños al sur; avenida Blas Infante al norte, calles Sevilla y Juan Morrison al este, y avenida Ruiz Zorrilla y calles Patriarca doctor Pérez Rodríguez y Benito Pérez Galdós al oeste. El objetivo principal de la ordenanza establece que la conservación del barrio comporta el mantenimiento de su estructura urbana y arquitectónica, así como de las características generales de su ambiente. Entre las medidas que contempla se encuentran, por ejemplo, que no se permitirá la instalación  de banderolas y marquesinas sobre los edificios catalogados; que los edificios a construir se rematarán mediante cubierta inclinada; que los colores adecuados para las fachadas serán los blancos crudos o encalados; o que para la zona de especial protección del barrio se prohíbe la circulación de vehículos o camiones de más de tres toneladas y media de masa máxima autorizada. El alcalde ha mostrado su satisfacción por este paso dado “que supone una muestra más del cumplimiento de los compromisos de este equipo de Gobierno por el cuidado de la ciudad y de nuestras tradiciones”.