ALGECIRAS. - ¡Qué tiempos aquellos! El teléfono móvil era una utopía, y menos aún pensar en el nivel de dependencia que actualmente tenemos. Para hablar por teléfono desde la calle, había que hacer uso de alguna de las decenas de cabinas repartidas por toda la ciudad, y que se convertían en la única posibilidad de comunicarse con alguien que no estuviese cerca de nosotros.

Hoy, las cabinas apenas se usan, los teléfonos móviles de última generación, se encargan de tenernos controlados a cada segundo, y se encargan de que no podamos ocultarnos mucho tiempo debido a la dependencia brutal de unos elementos, que ya no son solo para llamar.

Estamos tal vez, ante el fin de las pocas cabinas que aún quedan en la ciudad, y es que operarios están desmontando algunas de ellas en muy mal estado y en desuso, lo que dejará a la ciudad sin estos elementos que nos han acompañado en buena parte de nuestras vidas, y que ha sido testigos mudos de multitud de historias.

¿EL FIN DE LAS CABINAS?

La Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) plantea la revisión sobre la conveniencia de mantener las cabinas y guías telefónicas de abonado.

En un informe elaborado a petición del Ministerio de Industria, la CNMC sostiene que en España el número de cabinas se ha reducido notablemente y la demanda de este servicio es cada vez menor. De hecho, el 88% de los consultados responden que nunca han utilizado las cabinas (Eurobarómetro 2014), lo que sitúa a España al nivel de la media europea, según recoge la CNMC en un comunicado.