Narcolanchas en el puerto de Algeciras
Narcolanchas en el puerto de Algeciras

Un cementerio de narcolanchas en el puerto de Algeciras

Un cementerio de narcolanchas en el puerto de Algeciras
Decenas de embarcaciones incautadas a los narcos -hasta unas 350, según los sindicatos- se apilan en el puerto de Algeciras, en un "cementerio" donde esperan a que alguna administración o una legislación "ad hoc" obliguen a su destrucción.
Organizaciones como el Sindicato Independiente de la Agencia Tributaria (SIAT), el Sindicato Unificado de Policía (SUP) o la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), agrupados junto con otras entidades en la plataforma ciudadana Por tu seguridad y la de todos, llevan años denunciando esta situación.

Efe ha podido comprobar cómo se amontonan en las instalaciones del puerto esas embarcaciones, desde pequeños yates y motoras, hasta las llamadas "gomas" y otras narcolanchas diseñadas por los narcos para un solo uso.

Y no solo eso, según las organizaciones denunciantes. Porque a veces junto a esas embarcaciones se encuentran "petacas" de gasolina, también intervenidas, con el consiguiente peligro para la instalación portuaria, ya que "pueden salir ardiendo", según indican a Efe fuentes de la plataforma.

El mismo riesgo que tienen los materiales "peligrosos y altamente contaminantes" que quedan en ellas, es decir, los restos de carburante y de aceites, recalcan representantes de Vigilancia Aduanera del SIAT.

Las fuentes recuerdan que existe una instalación en la provincia de Jaén donde últimamente se están trasladando lanchas intervenidas, pero "de cada tres que llevan hasta allí, llegan al puerto otras cinco", de tal manera que la cifra total en Algeciras apenas "se altera a la baja".

Por todo ello, abogan por una normativa que habilite a la autoridad judicial a obligar a la destrucción de las embarcaciones cuando pase un determinado tiempo, como se ha legislado para las incautaciones de droga.

"GOMAS" DE UN SOLO USO QUE NO PUEDEN SER SUBASTADAS

El uso de embarcaciones neumáticas y semirrígidas de alta velocidad para la rápida introducción de productos de contrabando, fundamentalmente hachís, cocaína y tabaco mediante el trasbordo o el alijo en las playas, es una de las principales amenazas a la que se enfrentan diariamente el Servicio de Vigilancia Aduanera y las fuerzas de seguridad del Estado, añaden las fuentes.

A los narcos del Estrecho y el Campo de Gibraltar no les importa gastarse entre 200.000 y 400.000 euros en "fabricar" estas embarcaciones, una cifra en la que se incluye el alto coste de sus motores.

Y es que los beneficios por la venta de la droga compensan de sobra ese gasto, toda vez que en muchas de estas "narconaves", de entre 12 y 14 metros de eslora, se pueden transportar entre 3 y 5 toneladas de hachís, por ejemplo.

Saben que son de un solo uso, porque en muchas ocasiones son abandonadas una vez descargada la mercancía y almacenada en las "guarderías".

Como no tienen documentación alguna, no pueden subastarse (de hacerlo, "podrían pujar los narcos", dicen irónicamente las fuentes"), ni tampoco habilitarlas para el uso de las fuerzas de seguridad.

Otras de las que son incautadas y que en algún caso han sido robadas previamente, no pueden destruirse porque forman parte de la causa correspondiente que se siga en los juzgados.

"PETACAS" DE GASOLINA

Junto a la "montaña" de "neumáticas" se encuentran a veces "petacas" de combustible. Muchas se han incautado principalmente en las "guarderías", lugares ocultos para almacenar la droga antes de distribuirla.

Se trata de frágiles garrafas de plástico de 25 o 30 litros para abastecer a los potentes motores fueraborda de las "narcolanchas" o para surtir a otros grupos delictivos igualmente dedicados al negocio del tráfico de estupefacientes.

"La escena se repite desde hace meses en todo el litoral sur de Europa. Los llamados narcopetaqueros se han convertido en una parte más del escenario marítimo. Son los gasolineros del mar", que entregan pequeños envíos de 50 ó 100 petacas a unas coordenadas pactadas previamente, dicen a Efe representantes del SIAT.

De este modo, el transporte de gasolina es ya todo un negocio dentro del narco. Las organizaciones necesitan combustible y pagan por cada garrafa entre 300 y 400 euros, destacan las fuentes consultadas.

Pero la tenencia de una "petaca" no constituye un delito, por lo que al final las detenciones se resuelven con el pago de una multa por sanción administrativa, añaden las fuentes, antes de indicar que en 2021 las autoridades decomisaron más de 80.000 litros de carburante en operaciones llevadas a cabo en el Plan especial de lucha contra el narcotráfico en el Campo de Gibraltar. 

Un cementerio de narcolanchas en el puerto de Algeciras