No es comprensible a estas alturas presenciar como el aparcamiento de Carrefour en Algeciras, se llena este sábado de autocaravanas que han burlado los leves controles de carreteras impuestos por el Gobierno, que lejos de controlar la movilidad de las personas, permite que mientras millones estemos recluidos en nuestros domicilios, muchos puedan hacer una vida de lo más normal.

Una veintena de autocaravanas han ido llegando desde las ocho de la mañana al aparcamiento del hipermercado, donde se han concentrado para realizar las compras y poder continuar con su camino.

Es indignante para la población en general, y debería tener una contundente respuesta por parte de las autoridades policiales, pero mucho nos tememos que una vez llenen sus despensas, continuarán como si nada. La imagen de esta mañana es eso, indignante, a no ser que tenga una buena explicación.

Ayer mismo, llamaba la atención las largas colas de ciudadanos que buscaban salir de Madrid o Valencia en busca de sus segundas residencias, o dirigirse a otras zonas donde el impacto del virus es menor, como Andalucía o Murcia, y todo de nuevo, ante la ausencia de un bloqueo total como si ocurre en otros países donde la incidencia de los contagios también es preocupante.

El Gobierno de España sigue sin tomar medidas efectivas, el virus sigue propagándose a un ritmo mayor que en Italia, y las muertes, mas de mil, parecen no mover un ápice de su posición a Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, dos líderes cuyas mujeres están contagiadas, pero que sus parejas no guardan la cuarentena. Con esos ejemplos, difícil convencer al resto de la población, sobre todo a la más “rebelde”.