Han estado presentes casi la totalidad de la Corporación Municipal; el comandante naval de Algeciras, Juan Carlos García Velo; el coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Algeciras, Francisco Almansa Aguilar; el inspector de la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía, Cristóbal Rodríguez Romero; el inspector de la Policía Local, Francisco Castaños Gaggero; el vicario episcopal territorial para el Campo de Gibraltar, reverendo padre Juan José Marina Janeiro; el director espiritual, el reverendo padre Rubén Vargas Candón, y el presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, Manuel Delgado Cerro; el director espiritual, el reverendo padre Antonio Jesús Garrido Rodríguez, el hermano mayor, Francisco Javier Vega Lizana, y los hermanos de la Venerable Hermandad de Nuestra Señora del Rocío.

    De forma previa a este acto, se ha llevado a cabo la tradicional misa de romeros en la parroquia del Corpus Christi de la Cuesta del Rayo, que fue oficiada por el director espiritual de la hermandad, el reverendo padre Antonio Jesús Garrido Rodríguez.

    Al finalizar la misma, el Simpecado algecireño ha procesionado en carreta tirada por un mulo hasta la Casa Consistorial, y tras la entrega de la medalla en el Salón de Plenos, ha continuado su trayecto, portado por hermanos de la corporación mariana, hacia la Iglesia Mayor Parroquial de Nuestra Señora de La Palma, acompañado por la Corporación Municipal, como último acto antes de la peregrinación a la aldea de El Rocío para reencontrarse con la Blanca Paloma.

    El hermano mayor de la hermandad, Francisco Javier Vega Lizana, ha querido agradecer al Ayuntamiento, y a su alcalde la concesión del más alto reconocimiento de la ciudad, y ha asegurado que lo lucirán con mucho orgullo durante su peregrinación a la aldea de Almonte.

    Por su parte, el primer edil ha manifestado que “esta hermandad, que va a cumplir dentro de poco cuatro décadas, se ha convertido en una referencia en el mundo social algecireño, más allá de lo que puede representar una asociación pública de la iglesia, pues no solo llevan el nombre de nuestra ciudad allá donde van, sino que desarrollan una labor social impagable, centrada especialmente desde hace unos años en los más jóvenes, en quienes han de ser y representar el futuro”.