Esta edición, que se celebrará en la Plaza Alta, permanecerá abierta hasta el domingo 1 de mayo, y contará con treinta y cinco módulos, divididos en seis pabellones, con un montante total de ochenta y cinco metros lineales. En cuanto al horario, los días laborables permanecerá abierta de diez de la mañana a dos de la tarde, y de cinco de la tarde a nueve y media de la noche; los sábados de once de la mañana a dos y media de la tarde, y de cinco y media de la tarde a diez de la noche; y los domingos y festivos de once de la mañana a dos y media de la tarde, y de cinco y media de la tarde a nueve y media de la noche.

Durante este acto, Guillermo Pérez-Villalta, a cuya figura y obra se ha dedicado esta edición, ha brindado unas palabras a los presentes mostrando la importancia que para él tiene la literatura, a través de un recorrido magistral por cada sección de la biblioteca de su casa en Tarifa, que el mismo diseñó.

El primer edil ha manifestado que “es un honor poder contar con un genio de renombre internacional, premio nacional de artes plásticas, y referente del arte y la cultura campogibraltareña, como es Guillermo Pérez-Villalta en esta Feria del Libro de Algeciras” y ha destacado que “es una persona generosa, que siempre esta dispuesta a colaborar en cuanto le pedimos, por eso nunca me canso de agradecerle cuanto hace por esta tierra”.

También ha recordado que “a causa de la pandemia el año 2020 no pudimos celebrar nuestra tradicional Feria del Libro, y el pasado año solo pudimos realizar una microferia del libro en nuestro Museo Municipal, por eso, este año estamos de enhorabuena, pues vuelve por fin a nuestras calles con más actividades que nunca” y ha querido invitar a la ciudadanía participar de esta Feria del Libro.

Por su parte, Pintor invitó a subir al escenario a los miembros del jurado del II Certamen de Literatura “Manuel Fernández Mota: Bahía de Papel” que allí estaban presentes, para que hicieran público el fallo del mismo. Así, anunciaron que entre las más de 400 obras presentadas, ha ganado un poemario titulado “Alguien a quien he olvidado” de Alexander Isaac Freire Montoya, de Quito (Ecuador).