ALGECIRAS. - ...y se apagó. El Alemán de la playa de los Ladrillos, descansó para siempre tras haber pasado casi toda su vida en los bancos de la avenida Virgen del Carmen, junto a la playa de los Ladrillos, donde a menudo se le veía limpiándola y retirando las basuras que se acumulaban en la orilla. Edmund Büsch era su verdadero nombre, tenía 78 años de edad, y fallecía dos años después de haber sufrido una caída en la que sufrió la rotura de la cadera y una fuerte hipotermia. Fue llevado al hospital Punta Europa, allí permaneció semanas con su eterna sonrisa, hasta que la delegación de Igualdad y Bienestar Social del Ayuntamiento de Algeciras y la Policía Local, se tomaron en serio la situación de este peculiar personaje de la historia de la calle de la ciudad, y le dio cobijo en una residencia de mayores. Es una noticia triste por tratarse de alguien que ya formaba parte del paisaje urbano del mal llamado paseo marítimo, un personaje al que la leyenda siempre acompañará. Nadie sabe a ciencia cierta cómo llegó hasta aquí, porque permaneció en Algeciras, en la misma zona, tantos años... Dicen que esperaba a un hijo que falleció, que a quien esperaba era a su mujer, que se enamoró de la playa, que era un adinerado empresario que lo perdió todo y se quedó en Algeciras..., será como fuere, muchos vecinos lo ayudaron, lo tenían como un especial mas, una persona que sin pedir nada a cambio, puso su granito de arena para que Algeciras, la ciudad que lo acogió aunque fuera en un banco, luciera un poco más limpia. Como decía hace poco María Selva en Europa Sur, "no era un indigente cualquiera", y fíjense si no lo era, que tan solo conocerse la muerte de este Alemán Especial, aprecia en "su banco", un emotivo "grafiti" en homenaje a un personaje que quedará para siempre en la retina de los que alguna vez nos cruzamos con él. Simon Gallardo, un algecireño diseñador gráfico, y Macarena Sánchez, han sido los autores de este dibujo, que ojalá soporte el paso del tiempo y quede como lo que ha pretendido ser, un recuerdo para siempre. Descansa en paz, Edmund, aunque pienso que usted, donde de verdad descansaba era en su "casa", a su manera, pero en su casa. Hasta siempre.