Parques y jardines hace de Algeciras una ciudad mas verde que azul
24 de agosto de 2013 (18:14 h.)
ALGECIRAS. - Poner Algeciras bonita, buscar la excelencia de una Algeciras Capital, era una de las premisas del equipo de gobierno desde que accedió al poder en mayo de 2011 de manera abrumadora. No hizo falta pedir un préstamo de 6 millones de euros como hiciera el socialista Juan Antonio Palacios cuando ganó las elecciones de 2003, sino que el alcalde, José Ignacio Landaluce, puso a la brigada de vías y obras a trabajar y a pintar de azul, medianas, aceras, isletas
, hasta el punto que fue criticado por la oposición, no por la tarea, sino por el color utilizado.
El equipo de gobierno ha continuado en esta tarea, y zonas donde hacía décadas que no llegaba una gota de pintura, hoy lucen un mejor aspecto, pero si algo ha cambiado en la ciudad y ha sido para bien, es el estado de los parques y jardines. El trabajo de Segundo Ávila, concejal delegado del ramo, es visible hasta el punto que Algeciras puede presumir de ser una ciudad más verde que azul. Vaya lo de azul por la escasa rentabilidad estética que el mar deja en la ciudad.
Ya no nos abandona el verde en toda la zona de la Charca, con mucha vegetación de jardines públicos y privados. Destaca la calle Muñoz Cobos, el islote, la zona de los Bomberos, con un gran árbol que preside y embellece la zona, y desde allí, la bajada por Blas Infante hasta el Parque María Cristina, uno de los pulmones de la ciudad, flanqueado por la isleta que lo divide de las ruinas Merinies, otro de los lunares. Un lugar infrautilizado, árido, poco atractivo y que bien merece un estudio para valorar su mayor presencia en la vida de la ciudad. Algo de verde no estaría nada mal.
Si bajamos por el Secano y llegamos hasta la zona de la Renfe, el verde no nos abandona, en jardineras y arreglos realizados por la zona, unos finalizados y otros que están a punto, como la zona frente a la estación de autobuses San Bernardo.
Seguimos avanzando y en la avenida Gesto por la Paz, no solo la plazoleta donde se erige el monumento a los pescadores, sino la reforma realizada en la zona próxima a la cárcel, donde el verde está presente, se han ensanchado las aceras y se ha dado al lugar un mejor aspecto.
Llegamos al Saladillo y Piñera, en otros aspectos criticado y maltratado, pero que ofrece una de las imágenes más graficas de lo que les estamos contando. La vegetación acompaña todo el recorrido hasta la última rotonda que da salida a la autovía. Una mediana bien cuidada, ornamentada y con una abundante cantidad de palmeras, árboles frondosos, y parques, que dejan una bonita imagen.
Y llegamos al final del recorrido tomando la remozada avenida Paco Esteban hacia Sotorrebolo, otro punto donde se ha avanzado en los últimos meses, aunque aún queda mucho trabajo por hacer. Sotorrebolo nos ofrece unas amplias avenidas donde el conflicto entre constructoras y ayuntamiento en relación a la recepción, motiva que no se pueda avanzar más, como ocurre en otros puntos de la ciudad, pero la vista que ofrece el final de Sotorrebolo hacia la avenida 28 de febrero es increíble, con la unión del verde y el poco azul del mar del que podemos disfrutar en esta ciudad marinera, que por circunstancias del pasado, ha cambiado el azul del Mediterráneo por el verde de Los Alcornocales.