LOS BARRIOS. - El concejal delegado de Urbanismo del Ayuntamiento de Los Barrios, Miguel Fermín Alconchel, ha anunciado, dentro del objetivo de ofrecer la máxima información a los ciudadanos de cara a la consulta popular del próximo 17 de abril, que “si los vecinos deciden el domingo votar mayoritariamente a favor de la finalización de la cubierta de la plaza de toros La Montera, el párpado móvil se quedará una vez finalizada la obra permanentemente cerrado, sin ninguna posibilidad de apertura posterior”.

El delegado de Urbanismo indica que “todas las empresas a las que le hemos ofrecido realizar el mantenimiento posterior a la finalización de la obra han señalado que no se hacen responsable del cierre y apertura móvil del mecanismo de la cubierta, ya que consideran que por la especial situación y ubicación de esta plaza de toros no garantizan que los sensores que realizan este mecanismo de apertura y cierre siempre estén operativos”.

Añade Alconchel “la única posibilidad sería renovar constantemente estos sensores, pero esto supondría un gasto económico anual muy caro que ni el Ayuntamiento ni ninguna empresa estaría dispuesto a asumir”.

El delegado de Urbanismo indica que “las ventajas de tener un coso cubierto son muy interesantes para un ayuntamiento: tendríamos un recinto cubierto único en la provincia, con un aforo de más de cinco mil personas, donde se podría celebrar todo tipo de actos como festejos taurinos, conciertos, ferias, teatro y que ayudarían a amortizar toda la inversión; de igual forma, también ayudaría a alcanzar un acuerdo de concesión con una empresa para su gestión de forma beneficiosa para Los Barrios; y sobre todo, se amortizaría los más de cuatro millones gastados en su cubrición”.

Por el contrario, Alconchel también explica las desventajas de la cubrición: tendría un mantenimiento anual y plurianual que habría que estudiar, su mantenimiento general, como repintado de todos sus elementos o limpieza de pluviales y canalones; la revisión anual de todo su mecanismo, con un coste más caro por ser a gran altura; y también que habría que dedicar al menos dos personas a su mantenimiento y puesto en uso de forma constante”.

Otro detalle que añade Alconchel “es la incógnita de su sonoridad; no sabremos hasta que no esté terminada si será apta para dar conciertos, si su acústica será buena”. 

Y finaliza Alconchel, “a nivel anecdótico, tampoco sabemos ahora si una vez que esté cerrada de forma permanente se permitirá fumar dentro de ella; en principio, la lógica parece que dirá que sea un espacio libre de humos como cualquier pabellón”.