Según un comunicado de la empresa, el total de inversiones en los últimos tres años asciende a 172 millones en actuaciones ambientales en el Parque Energético de San Roque, al que en 2023 se destinaron 32,9 millones y que ha cumplido 25 años haciendo pública su declaración EMAS, aniversario que ya alcanzó la Planta Química Puente Mayorga hace dos años y que en 2023 recibió 9,2 millones para este tipo de actuaciones.

El Parque Energético San Roque mantiene sus emisiones de dióxido de azufre (SO2) en los valores más bajos de la serie histórica, además de haber adquirido equipos e instalado de un separador electroestático en la unidad de FCC, que permitirá reducir la emisión de partículas en un 38 por ciento, según la empresa.

A lo largo de 2023 ha logrado una reducción de un 5,3 % de su consumo de agua con respecto al año anterior y de un 15 % respecto a 2021.

Además, la puesta en marcha de una nueva planta de recirculación de aguas a final de año supone el reciclaje de este recurso y un ahorro de consumo de un 25 %, con respecto a 2023.

De otro lado, la planta de tratamiento de aguas del Parque Energético también trata los efluentes hídricos de la Planta Química Puente Mayorga y las declaraciones ambientales de ambos centros industriales indican que el volumen de efluentes fue un 39,5 % inferior al autorizado y se cumplieron en todo momento los valores medios mensuales autorizados.

Asimismo, la compañía cuenta con un acuerdo con la empresa pública de Aguas y Servicios del Campo de Gibraltar (ARCGISA) para emplear en sus instalaciones industriales el agua regenerada de la futura estación depuradora de aguas residuales del Campo de Gibraltar que destinará a producir hidrógeno verde.

En la planta química, además de conseguir un ahorro en el consumo de agua de un 17%, se han implementado mejoras en la producción mediante la incorporación de materias primas sostenibles para la producción de LAB, dando lugar a la producción de NextLAB.

Además, gracias a la puesta en marcha de la unidad Detal, se ha convertido en la primera planta química en el mundo en evolucionar la tecnología para la producción de la materia prima de detergentes biodegradables y ha disminuido hasta en un 50 % la generación de residuos en los últimos cinco años.

La planta química ha centrado esfuerzos en la reducción de emisiones mediante la instalación de nuevos electrofiltros.