Pansequito
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Muere a los 78 años el cantaor linense Pansequito, uno de los últimos eslabones de la vieja escuela

Muere a los 78 años el cantaor linense Pansequito, uno de los últimos eslabones de la vieja escuela
El cantaor José Cortés 'Pansequito' ha fallecido este viernes en Sevilla a la edad de 78 años. Nacido en La Línea, pero criado en El Puerto de Santa María, lo que le valió desde joven el sobrenombre artístico de 'Pansequito del Puerto', guardaba una gran relación con el Campo de Gibraltar, donde acudía con frecuencia. Su pérdida supone la de uno de los últimos eslabones de las viejas escuelas flamencas, lo que los aficionados de la comarca califican como "uno de los últimos mohicanos" del cante.

Vivió desde niño en El Puerto de Santa María, donde se inicia muy joven en el arte flamenco, pasando a actuar en los tablaos de Málaga, donde le conoce Manolo Caracol y le contrata para su tablao madrileño Los Canasteros, en 1963, en el que permanece durante largas temporadas, al igual que en Torres Bermejas. Con el ballet flamenco de Antonio Gades ha cantado en Inglaterra, Hungría, Yugoslavia y Grecia. Ha actuado en numerosos festivales por toda la geografía española. En 1971 volvió a Málaga, para cantar en la Taberna Gitana. En 1973 figuró en el elenco del Tablao Los Gallos de Sevilla, y al año siguiente, en el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba, se le otorgó un premio especial con la denominación de a la creatividad.

El presidente de honor de la Sociedad del Cante Grande, Pepe Vargas, destaca de él que "fue un hombre criado a fuego lento, aunque se crió en El Puerto, pero su nacimiento y sus primeras vivencias fueron aquí. Un cantaor muy particular, con una personalidad en la forma de alargar los cantes, especialmente por soleá y por bulerías, y muy bien de compás., Más de una vez estuvo nominado a la Palma de Plata, pero no puedo ser, y lo sentimos muchísimo porque era una persona de respeto y tenía mucha relación con la calle Río".

Pansequito emergió en la década de los setenta, junto a una nómina de jóvenes cantaores como Lebrijano, Camarón o Chiquetete que arrojaron frescura al cante. Al respecto, Vargas apostilla que "fue una época realmente floreciente, porque creíamos que se acababa todo. Esta generación venía de orígenes puros, pero también le dieron cierto aire de frescura, pero dentro de unos cánones, no como ocurre hoy en día".

"Con él se nos va uno de los últimos mohicanos. Nos queda Juan Villar y no sé si alguno más", ahonda.

En los mismos términos se expresa el promotor artística José Luis Lara, familia de Pansequito, que destaca que "ha sido un hombre muy importante profesionalmente. Ayudó a mucha gente, como Camarón o Rancapino. Era un hombre de muchísimo respeto".

"Fue muy original y fue muy premiado por eso. Ya, cuando tomó otro derrotero su vida artística, ya sentó cátedra. Su cante no podía ser mejor. Era un gran admirador de Caracol, era su ídolo y dentro de ese cante fue el mejor con diferencia", sentencia Lara.

Muere a los 78 años el cantaor linense Pansequito, uno de los últimos eslabones de la vieja escuela