(0-0) Algeciras y Lucena se reparten los puntos en un cerrado duelo
06/10/2013 | 22:15
El Algeciras sumó un nuevo punto, ya tiene nueve, en su trayecto hacia la permanencia en la Segunda B en un duelo muy cerrado en el que hubo pocas ocasiones y en el que el equipo de Sanlúcar mostró sus virtudes, orden y trabajo. También sus defectos, balón parado y falta de pegada. Dicho esto si alguien mereció ganar, por empuje y sobre todo por querer hacerlos más que el rival, fue el cuadro algecireño. La mejor ocasión fue la de Melchor en el minuto 75 pero el balón se marchó al travesaño cuando el tanto ya se celebraba en la grada.
ALGECIRAS. - El Mirador no cae pero es el tercer empate de los algeciristas en cuatro partidos disputados entre sus muros. Cierto es que sigue mirando con cierta calma el descenso pero en la liga de tres puntos sumar de uno en uno se hace pesado. En cualquier caso el equipo sigue mostrando que se deja el alma y que se puede confiar en ellos.
El duelo comenzó sin sorpresas en el once inicial del Algeciras. Fiel a su estilo, hace bien, Sanlúcar retocó las fichas, debido a las bajas, aplicando la lógica. El centro de la zaga con Berlanga y Fernández mientras que la creación quedaba para Iván y Chico.
El primer tiempo demostró que los dos conjuntos están muy bien trabajados y con señas de identidad clara. Orden, presión y salida rápida. El equilibrio fue la nota predominante y quizás, de cara al espectador, un encuentro muy poco vistoso, aunque con detalles para ver. Había más sensación de peligro que realidad. En los locales con los arranqus de Andújar y Alfaro, mientras que por los visitantes, con órdenes claras de Falete, se notaba la siempre inquietante presencia de Pepe Díaz y sobre todo los balones aéreos. Problema a corregir por los algeciristas.
Avisaron los de Córdoba en los siete primeros minutos, con dos disparos del citado Díaz aunque no hubo daños para el arco de Romero. En el otro área, queda dicho, más amagos que otra cosa. Una de Harper, que no controló bien y otra similar de Iván que fueron abortadas por arquero y zaga.
Se llegó al descanso con un par de dudas en la retaguardia local, en balones aéreos, y algunos escarceos, aunque sin concretar, de un bullicioso Alfaro. Quedaba tarea pero también el rival sabía ya que no lo tendría fácil. El marcador, por lo visto en los primeros 45 minutos, era más que justo.