(1-0) Un inmenso Algeciras derrota al todopoderoso Albacete
20 de octubre de 2013 (23:35 h.)
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ALGECIRAS. - Hay victorias que marcan una temporada, también derrotas. El triunfo que ha conseguido el Algeciras ante el Albacete, en un Mirador entregado como en las tardes de gloria, de momento son sólo tres puntos, ya suma 12, pero será cuestión de analizar, en el futuro inmediato, lo que ha supuesto el inmenso trabajo de una plantilla a la que Sanlúcar, sin ser ventajista ahora, está sacando más de lo que tienen, ese es su mérito. El hacer creer a unos jugadores, que siguen dejando el alma, que no hay montañas imposibles de subir. Los héroes de Haro completaron una gran semana, "faltó lo de Lorca" recordó el de Bornos en sala de prensa, derrotando al, probablemente, mejor equipo del grupo. Tuvo fe, orden, pasión, entrega, ocasiones y sobre todo capacidad de sufrimiento, una grada entregada, y cuando todo eso era superado por un rival espectacular, aún quedaba Romero.
El partido fue soberbio. Cada uno en lo suyo dieron el máximo, el Alba tocaba y tocaba, se desplegaba aunque, sobre todo en la primera parte, asustaba más que daba. Ahora, como asustaba. Los de casa tuvieron la osadía, la valentía y el coraje de hacer frente a todo esto e incluso en el tramo final, antes del descanso, se vinieron arriba y triangularon, con Iván y Andújar conectando, un Borja imperial y un Parada tremendo en el trabajo, para incluso anotar el segundo.
Y es que el partido no pintaba bien desde el primer segundo. Salió el Albacete al Nuevo Mirador como lo que es, un grande. Ni siquiera permitió una licencia a los de casa. Aún no se había cumplido el primer minuto del intenso duelo que se vivió en la primera parte y César Díaz, un auténtico peligro, avisó a Romero de sus intenciones.
La grada, que había recibido en pie a los suyos, apretó los dientes y se preparó para sufrir. El enorme esfuerzo de los rojiblancos controlaba las acometidas de un equipazo que tenía el balón aunque no creaba excesivo peligro, si bien daba sensación de ello constantemente.
En el 14 una pugna de Borja Romero permitió al interior colarse por su banda y servir un pase de la muerte, como mandan los cánones, al centro del área y allí apareció Andújar para, al menos eso parecía lo más fácil, marcar el primero. Su remate se marchó alto. Esas ocasiones, en estos partidos, no se pueden fallar. Se fue creciendo el equipo de Sanlúcar, aunque sin descuidar la presión, bien Parada y los centrales, ya el rival no tenía intención de perdonar. En el 17, otro balón parado en contra, permitió a Pol rematar de cabeza y dar otro susto. La siguiente fue una polémica jugada en la que Iván reclamó, con bastante enfado, una mano de Noguerol. Si tuvo incidencia o no en la decisión que tomó el árbitro, tres minutos después, nunca se sabrá. Merino cayó dentro de área y el trencilla señaló la pena máxima. Javi Chico, inmenso aunque agotado, no falló.
Dicho queda que fue entonces cuando llegaron los mejores momentos de los casa, aunque siempre con la retaguardia cubierta. Iván y Andújar tuvieron las dos últimas antes del intermedio al que se llegó con la grada en pie aplaudiendo a sus héroes.