(2-2) El Algeciras suma un punto en un duelo eléctrico ante el Granada B
30/11/2013 | 21:52
GRANADA. - El maratón de partidos al que se enfrenta el Algeciras en las próximas semanas arrancó con un empate en Granada que puede considerarse bueno. Es cierto que los algeciristas, vestidos con la elástica negra que sigue siendo talismán, tuvieron opciones de ganar el duelo ante el filial nazarí. No lo es menos que pasaron un mal rato, en la segunda parte, ante un conjunto que demostró su enorme potencial, juventud y calidad.
En el lado positivo para los algeciristas, al margen de su extraordinaria afición con la Curva 1912 al frente, hay que poner la capacidad de reaccción, el no rendirse nunca y la exhibición de un Alfaro inconmensubrable, así como el seguir dejando el alma en cada partido.
En lo negartivo y la falta de concentración al inicio de cada tiempo y en los goles, más allá de que en el primero Sanlúca reclama una posible falta a Berlanga. Todo ello ante un equipo, el de Joseba Aguado, que de filial tiene la juventud, pero que es, sin duda, un duro hueso. Casi mejor que el partido no se jugase en el Nuevo Los Cármenes.
El resultado, tras un partido intenso y que tuvo un final trepidante, es satisfactorio. Cabe resaltar que es la primera ocasión en la que el cuadro gradino hace tablas en la presente campaña. Para los del Mirador es llegar ya a la cifra de 22 puntos.
Arrancó el duelo con ritmo por parte de los locales y con cambios en el once inicial de Sanlúcar. Borja y Javi Fernández formaban una banda izquierda inédita hasta el momento. Los de casa, corpulentos, físicos y con calidad, salieron con mayor convicción que su rival.
Los granadinos, que tenían en Machis y Cuero dos auténticos estiletes, cercaron el marco de Romero y en los primeros 15 minutos encontraron premio. Casi acierta Puertas, en una jugada de estrategia pésimamente defendida por los de negro y poco después, en otro centro, fue el mismo jugador el que remató al fondo de las mallas de Romero.
Tocaba remar río arriba y ante un equipo, el de Joseba Aguado, que no rehusaba la batalla física. Afortunadamente, como ante el Sanluqeño, llegó una rápida reacción. Mario, muy completo su primer tiempo, asistió a Alfaro que no perdonó. El tanto hizo daño a los de casa, aunque por el ánimo de la Curva 1912 el estadio parecía el Mirador, que ya no fueron los mismos.
Berlanga y el de Los Barrios dominaron la parcela ancha y pese a lo corto del terreno de juego, el cuadro visitante ocupó los espacios con criterio y fue creando peligro, aunque no excesivo, ante el marco del altísimo Dimitri. Melchor y Harper tuvieron unos escarceos pero lo mejor es que las sensaciones habían cambiado. Eso si, los rojiblancos, los de casa, no renunciaban a mostrar su calidad ofensiva.