(3-0) La lógica se impone al tran tran
13/09/2015 | 23:49
CÁDIZ. - El Cádiz venció cómodamente al Algeciras imponiendo la lógica. La abismal diferencia presupuestaria entre los dos conjuntos y la calidad, que permite el dinero, hicieron que los de Mere apenas tuviesen opciones de dar la campanada. Tan sólo una ocasión, en el 46 de Adri Gallardo para poner la igulada momentánea, es lo que pueden mostrar los algecirstas. Lo intentaron, hasta que pudieron, pero finalmente sucumbieron ante un rival que, pese al marcador, tampoco necesitó de un partidazo para sumar su segunda victoria de la temporada.
A los rojiblancos, que están concediendo mucho, les espera ahora la Balona y por fin una semana de descanso. Perder en Carranza era lógico pero quizás se esperaba algo más por parte de la hinchada algecirista que se marchó algo cabizbaja del coliseo gaditano.
Uno de los factores claves cuando se visita Carranza es no encajar un gol en los primeros minutos. Eso da tranquilidad al equipo de casa y hace dudar al visitante. Desgracidamente el Algeciras no lo consiguió. En el primer minuto Kike Márquez, siempre un incordio, conectó con Hugo y su remate se marchó fuera. Avisaban los de Claudio que no pararon en su acoso, aunque sin generar ocasiones, hasta que lograron, de rebote eso sí, el premio. Un disparo de Abel Gómez tocó en Josete y acabó en la red ante la impotencia de Josemi. Nueve minutos habían pasado y el marcador ya estaba en contra.
Intentó reaccionar el cuadro rojiblanco que intentaba no perder el sitio. Adri Gallardo, que debe hacer más a la espera de mejorar su estado, no pudo aprovechar una buena jugada de Medina y Melchor por la derecha. Santi Luque también lo intentó en varias acciones pero eran balas de fogueo.
El Cádiz, que tenía lo que buscaba, jugó al tran tran y esperando la suya. Güiza, sin hacer nada del otro mundo, estaba presto siempre. Además, Benítez y Víctor estaban con amarilla lo que era otro problema. Apenas un par de intentos de Márquez y una falta de Hugo que sacó Josemi sirvieron para poner el epílogo a un primer acto falto de ritmo.