Las miradas en Valderrama se centran en Sergio García, ganador del Masters de Augusta y anfritrión del torneo y en Jon Rahm, la sensacióń del golf mundial en estos momentos. Sin embargo, hay un jugador que está en casa y que tampoco pasa desapercibido, se llama Álvaro Quirós.

        Hoyo 16 de Valderrama. Juegan la vuelta, completa, de prácticas, Olazábal, el de Guadiaro, y sus amigos Kaymer y Fernáńdez Castaño. El pegador tira un putt, para salvar el hoyo en la clásica apuesta de estos díás, que muestra todo su talento. El dos veces ganador en Augusta, Txema, e ídolo del de golfista le abraza y le susurra "si supieras los bueno que eres". El padre de golfista,  lo observa como siempre hace con su hijo .

       Y es que el bueno de Áĺvaro lucha contra sus fantasmas en un año extraño. Ha ganado en Italia, ha recuperado sus derechos en el Eureopan Tour, pero sufre hasta dando bolas en la calle de prácticas. Una vez máś atendió a Horasur horas antes de pinchar la bola en el tee del 1. "Tendríá que empezar a disfrutar en el campo y darle la vuelta a la tortilla". En cualquier caso, lanza un mensaje para la semana que, por otra parte, no sabe como saldrá. "Para mi es el úĺtimo torneo del año y voy a intentar disfrutarlo. Estoy en casa, el campo está espectacular y el resultado dependerá del viento".

      Un jugador que es capaz de hacer nueve hoyos brutales en el British Masters, aunque luego se pierda en los siguientes nueve, muestra que algo muy especial está en éĺ. "Obviamente tienes razón, pero aunque esto está, lo que me termina apagando es no saber el motivo por el que pasan esas cosas. Paso de jugar un golf estupendo a otro mediocre y eso empeora por la cabeza".

            En cualquier caso, admite que esta semana va a intentar "reducir eso y lo que me va a ayudar es acabar el año aquí". Acerca de sus posibilidades en un campo que, a priori, no le va, tiene claro lo de cada torneo. "Es que nunca se sabe. Todo el mundo me dice que soy negativo, pero creo que soy demasiado objetivo, aunque parto de cero como todos".

            Éĺ ha  sido así desde sus inicios, se quedaba siempre con lo malo, por su forma de ser, pero admite que "me divertíá". Todo ello sucede, hay que reiterarlo, cuando ha recuperado la tarjeta y ganado un torneo, el séṕtimo en el tour, y sin la presión del el inicio, si bien es cierto que nunca se ha movido por el dinero, sino por las victorias. Son las historias de los golfistas, en este caso ademáś de uno que "es muy bueno", lo dice uno de los grandes. Txema Olazábal.