En la Barra: Un cierre trágico

En la Barra: Un cierre trágico
ALGECIRAS. - La barra, esta que hemos compartido siempre con Estrella Galicia, lo mejor de hoy y siempre, se abre por última vez en la presente temporada. Desgraciadamente lo hace para contar una noticia que, seamos sinceros, ya era esperada. El Algeciras C.F. vuelve a Tercera División. Lo de Mestalla era una quimera y además nunca hubo opciones. El descenso no se produjo allí, se materializó en un pedazo de campo, hasta para eso es distinto nuestro equipo, pero se fraguó mucho antes. Probablemente en la mitad de la segunda vuelta y sobre todo, ya sin solución, cuando Menudo clavó en la escuadra de Romero, el meta al que salva la afición de las críticas y con razón, el tanto del Cartagena. Decía que el equipo especial, para todo, nos deparó otra de esas ironías. En el mismo ejercicio ha visitado Anoeta, para una fiesta, y Mestalla, para un drama. Piensen, incluso los que se alegran por la desgracia ajena, ¿qué conjunto es capaz de no pisar la zona de descenso en todo el año, meterse en la promoción en los últimos 15 minutos de la temporada y acabar en Tercera? Ese es el Algeciras. Y quizás eso, modestamente lo escribo y sin ánimo de nada, es lo que nos lleva a estas situaciones. Catorce años desde que arrancó el siglo y paso por Tercera, Segunda B, campeón y colista, Segunda A, Primera Andaluza y si hubiesen creado otra categoría seguro que también habría sido visitada por los rojiblancos. Esto no hay club que lo aguante, salvo uno muy especial. Las miradas de una afición siempre increíble y este año soberbia, se centran en Sanlúcar. La directiva, que también tiene su parte alícuota, está salvada por algecirismo. Honradez, trabajo y ganas. Quizás la inexperiencia se ha dejado notar, aunque ahora es fácil decirlo, pero en general el algecirismo sabe de su compromiso y valor. Decíamos que el de Bornos es el gran señalado. Bueno él y Carlos Andújar del que se esperaba, la verdad, mucho más. La entrega del equipo, en cuanto a trabajo, no se puede negar. Nada por ahí, quizás no daban para más y cuando hubo lesiones la cosa ya se complicó. Sanlúcar, aquí ha quedado dicho, pecó de cabezonería o soberbia, para el caso es lo mismo y ahora todo vale. Las acusaciones de traer jugadores pueden ser respetables, pero son los mismos de la primera vuelta. El míster, que nos devolvió al bronce del fútbol patrio, no supo ver la debacle que se venía y quizás tampoco el entorno, al menos en su mayoría. En Mestalla aseveró que ya sabía lo que iba a hacer y que lo diría para los que no le conocen. Lo que piensa servidor por el trato, que no conocimiento exhaustivo, que he tenido con él y siempre con respeto, creo que su coraje le pide seguir para devolver el ascenso, pero la realidad es que él conoce como está montado esto y sus horas como entrenador del Algeciras están contadas. Se lleva un ascenso, gracias, y un descenso muy pero que muy evitable. No quizás al inicio del campeonato pero sí tras ver el desarrollo del mismo. Ahora los habrá, ojo todos tienen razón, que se den golpes de pecho y querrán apelar al algecirismo de corazón. A lo de ahora hay que morir, apoyar y no sólo pensar en las buenas. Los hay, muchos, que han estado en las malas, en las regulares y en las citadas buenas, que no aguantan más y piden, de una vez por todas, que se ponga fin a la ruleta rusa algecireña o se tomarán un año sabático. Criticar no es ser menos algeciristas, hay quién quiere tanto algo que por ese motivo lo acaba matando, por no ver los errores. Quizás, digo sólo quizás, hubo algo también de esto en la temporada que comenzó con fiesta y acabó en llanto. Un final trágico que, al menos, Estrella Galicia, nos hace más llevadero con su espectacular cerveza. Gracias, de verdad, infinitas gracias por los apoyos y el seguimiento a este loco. Me habría gustado, lo saben  de sobra los que me conocen, terminar la temporada con una barra de felicidad pero...

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