ALGECIRAS. - Pasan las jornadas y el Grupo IV de Segunda División B se está definiendo aunque las distancias, más por sensaciones que por realidad, parecen muy cortas tanto en la parte noble como en la que condena al infierno. Todo esto queremos ponerlo de manifiesto hoy en nuestra barra con una Estrella Galicia que, como siempre, permite analizar lo ocurrido con mucho más sabor y tranquilidad. Todo ello a la espera de que llegue, ya falta muy poco, nuestro particular cojo que sigue recibiendo mensajes de ánimo de todos sus fieles y que, obviamente, desde Horasur, sólo tenemos agradecimiento para ellos. Los dos equipos del Campo de Gibraltar viven situaciones muy distintas. Curiosamente el que está mejor clasificado, la Balona, presenta más dudas que el que se ubica en mitad de la tabla, el Algeciras C.F. Cosas de este bendito deporte. El tramo de competición que hemos vivido ha dejado dos duelos como visitantes para los del Mirador y como locales para los del Municipal. El equipo recién ascendido, que no ha firmado en el mercado de invierno, ha confirmado que es un equipo trabajado, que esconde sus carencias y que cree, firmemente, en lo que hace. Le cuesta ganar, cierto es, pero no es lo es menos que derrotarlo es una tarea ardua para cualquiera. Se llame Guadalajara, Cartagena o Écija. Dos puntos en esas salidas y paso a paso la permanencia se encuentra cada vez más cerca. Huelga decir que, además, el empujón de su afición, que vive un momento especial debido a todo lo que ha sufrido no hace tano, ayuda y mucho aunque ahora queda el tirón final y no estaría de más que el Mirador recuperase sensaciones como las que recientes de Albacete, Real Sociedad o Cádiz. Ante el Palo, el domingo, se juega un duelo más importante de lo que parece. Puede marcar ese punto de inflexión para dejar, casi de manera definitiva, de mirar hacia la parte baja. La tropa de Sanlúcar sigue sin hablar, claramente, de su objetivo una vez que esté amarrada la salvación, ojo que eso es lo primero. La meta es alcanzar, más pronto que tarde, los 42 puntos que, en principio, deberían ser más que suficientes. No será fácil puesto que en el momento actual de la liga ya cuesta mucho ganar puesto que el margen de maniobra es cada vez menor. El crédito del equipo está fuera de dudas aunque eso no evita que se cometan errores. Las ganas, el hambre y lo vivido no hace tanto, ayudan en el momento en el que fallan las fuerzas.

Fantasmas y críticas

En el otro lado, aunque algunos sigan leyendo sólo lo que quieren y vean enemigos y fantasmas, la situación es compleja. La grada blanquinegra, la que tiene solera y sabe de qué va esto, valora lo que está haciendo el cuadro de Escobar aunque se está atascando en casa. Son ya tres meses sin ganar al amparo de, ojo que lo dice incluso el presidente en su medio oficial, los poquísimos que acuden a las gradas del vetusto estadio. Pese a todo el equipo, más por fallos del resto que por aciertos propios, está a tiro de piedra de la cuarta plaza. Ojo que no es su obligación, aunque lo ha tenido más sencillo que, por ejemplo, el año en el que lo consiguió. Eso por lo que respecta a lo deportivo. Pese a todo, la Balona, como se viene escribiendo en esta barra desde el inicio de la temporada, ha llenado el granero y está en ello pese a las dos derrotas consecutivas que ha sufrido en casa. Luego está lo institucional. Desde Horasur nos dirigimos a esa sabia afición Balona a la que no engañan algunos aunque lo pretendan. El Municipal está vacío, curiosamente sólo hubo gente y menos de la esperada, ante el Algeciras y todo ello con lo cerca que, insistimos, sigue estando la recia, del cuarto puesto. Crisis económica, persecuciones, conspiraciones judeomasónicas y todo lo que quiera Gallardo, pero la verdad es que lo de la pasada semana fue un esperpento, por muy malo que fuese el arbitraje que vista las imágenes lo fue, y ahora con otra derrota, con otra pírrica entrada de público reconocida incluso por él, ¿a quién culpamos? Lo de hacer autocrítica está descartado. Lo dicho que unos van, otros vienen, unos buscan la salvación, otros el sueño de la liguilla pero con unas cosas y otras habría que pensar en lo de los cargos eternos y los mensajes que mandan los que sienten y sufren los colores. Nosotros, mientras tanto, saboreamos nuestra Estrella Galicia, agredecemos el seguimiento, esperamos a nuestro particular cojo, y con respeto seguiremos contando nuestro parecer.