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Entrenos a puerta cerrada y una ciudad entregada

Entrenos a puerta cerrada y una ciudad entregada
ALGECIRAS. - Se acerca la hora y el Algeciras y su gente, que cuando llegan estas ocasiones es tanto como decir la ciudad, apuran las horas que restan, parecen interminables, hasta el domingo a las cinco de la tarde. Paralelamente el equipo trabaja con Mere a la cabeza para vivir una tarde mágica, otra más, en el santuario rojiblanco que, de momento, sigue siendo infalible en citas de ascenso. El entrenador de El Puerto, que puede lograr su primer ascenso, ha decidido blindar a los suyos y llevará a cabo las últimas sesiones de la semana a puerta cerrada. No quiere distracciones para el grupo. Ya es de sobra conocido que están todos a disposición del cuerpo técnico. Iván, poco a poco se va incorporando aunque estaría loco por jugar el domingo, si bien su presencia también es relevante para dar ánimos e insuflar ese carácter. Y mientras, en la ciudad prácticamente no se habla ya de otra cosa. Banderas en los balcones, menos que hace dos años también es cierto aunque animamos a llenarlos en estos últimos días, y sobre todo mensajes en puentes, rotondas y cualquier espacio público. La Curva 1912 ha liderado ese decorado en el que, otra vez, se incide en el papel del estadio. 'El Mirador juega' es lo más repetido para contestar al entrenador de la Arandina, Javier Bermúdez. El rival, que parte mañana para Algeciras, parece que no contará, finalmente, con apoyo en las gradas. La excursión, al precio de 50 euros, no ha tenido excesivo respaldo entre los seguidores castellanos y salvo sorpresa no se completará el autocar. Los jugadores, en las distintas emisoras de radio de la ciudad, aseguran una y otra vez que no van sentir impresión por lo que se van a encontrar en La Menacha. El meta Alex asegura que "es mejor eso que un campo vacío" y apela a la experiencia de sus compañeros. "Hay gente que ha jugador liguillas y estoy convencido que no afectará". En parecidos términos se manifestó Mato en el Diario de Burgos. "Ningún miedo al ambiente", dijo el centrocampista. Todas estas declaraciones sólo sirven para incentivar, aún más, a la parroquia rojiblanca. Dentro de los cauces deportivos, por supuesto, está dispuesta a jugar junto a sus once gladiadores y convertir el Nuevo Mirador en una experiencia que la Arandina no pueda soportar por la presión ambiental que lleve, en volandas, a los suyos.

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