Imagen y puntos

Imagen y puntos
ALGECIRAS. -  Resaca se asoma hoy a su rincón habitual, gracias una semana más, para analizar lo ocurrido en el Mirador, que fue mucho, en el partido entre nuestro Algeciras y el filial del Almería. Es tan injusto como imposible no centrar buena parte de lo acontecido, en el ya tristemente famoso penalti que lanzó Adri Galllardo. Al lío
Vaya por delante un axioma tan futbolero como cierto. El único que podía fallar era Gallardo. Casi ninguno, quitando los profesionales si es que deciden dar una vuelta a este humilde texto, de los que está leyendo podía marcar o equivocarse. Es decir lo falla el que lo tira.
      Gallardo, con ansiedad lógica de goleador y del que quiere aportar cosas, tuvo la valentía de coger ese balón y ponerlo en los once metros. "Si lo hubiese marcado hablaríamos de que ya había acabado con la mala racha", argumentó su técnico en sala de prensa.
     Un aparte por cierto para Mere. Habrá quién tenga más o menos devoción por el entrenador, que como todos comete fallos, pero no estaría de más, al menos eso pienso, reconocerle la capacidad de plantear los partidos, de mantener la intensidad y el orden en un equipo que está cogido con alfileres y compite contra auténticos buques de guerra.
     Hecho este aparte, decía que Mere sabía, de sobra, que la mayor parte de los análisis se centrarían en ese penalti. Ahora sólo queda esperar que la dichosa ansiedad "¿cómo se mide eso?" cuestionó el preparador, no se convierta en una losa más pesada por la pena máxima fallada.
     Pero como apuntamos al principio  es injusto centrar todo en ese momento, aunque era casi definitivo. El Algeciras, de nuevo, mostró una buena imagen ante un rival de entidad y con jugadores con bastante proyección. En el primer tiempo, con un esfuerzo encomiable, supo aguantar el dominio rival, crear alguna que otra ocasión y moverse con criterio. Capítulo aparte merecen los centrales y sobre todo Cristo Díaz. El tinerfeño, puede ser espejo para Gallardo, ha pasado un mal momento por la juventud que atesora, la adaptación y su salida de la isla, pero en las últimas semanas está demostrando que puede y debe ser el timón del equipo. Su elevado nivel repercute en el grupo y obviamente en su futuro para volver al conjunto del que procede. El despliegue físico y técnico que llevó a cabo fue para enmarcar.
    La zaga cada vez parece más firme y arriba, aunque ahora no hay gol, el equipo siempre crea incertidumbre con el dinamismo de sus hombres. Todo ello, además, en una categoría que está siendo durísima, como se esperaba, incluso para los millonarios equipos que en ella habitan.
    Expuesto esto, salvo mejor opinión que seguro la hay, la realidad es que a estas alturas de campeonato el equipo ha disputado ya 21 puntos y tiene ocho en su casillero. Un balance que deja una sensación extraña. "Me gustaría tener los 21" apuntó Mere entre risas en sala de prensa. "Lo que se está viendo es que sumar cuesta un mundo" aseveró el de El Puerto y no le falta razón.
    El problema, para los que buscan la permanencia, es que las opciones de ganar, sobre todo cuando lo mereces como en las dos últimas jornadas, hay que aprovecharlas. Dicho esto, el equipo compite y lo va a pelear. Claro que cuanto más tarde en llegar a la zona de abajo, ojalá que no llegue pero hay que ser realistas, el desgaste será menor.  Y es que, una vez más, reiteramos que no sobra nada. 
    En estos momentos las sensaciones, la imagen y el crecimiento de equipo es más positivo que el número de puntos, aunque ni mucho menos es un desastre. El domingo visita al líder, con la Peña la Bufanda ya preparando la excursión, en un campo que fue de Primera División y con un equipo recién ascendido, aunque engaña. Claro que los nuestros, pese a todo, no renuncian a nada. Y es que la clasificación lo deja claro, el Mérida sólo saca siete puntos al que, por ahora, se salva. Se trata, claro que es fácil escribirlo y lo más complejo es hacerlo, de acompasar la imagen con los puntos.

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