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Tras lo del domingo nada será igual.

RESACA DE UNA JORNADA QUE SE ANTOJA CLAVE PARA EL FUTURO INMEDIATO

El órdago de Guti

El órdago de Guti

La rajada del míster marcará un punto de inflexión se quiera o no. Algunos deben entender que en Tercera no hay estrellitas. Llegan dos partidos lejos del Mirador que marcarán lo que está por venir. Curiosamente la promoción de ascenso está más cerca.

Arrancamos nuestro Hyundai, en concreto el recién estrenado i30 Nueva Generación, para un paseo semanal que se disfruta, por el coche y sus prestaciones, pero que deja muchas reflexiones tras el triunfo de los nuestros ante el Cabecense. Al lío.

       El entrenador del Algeciras, David Gutiérrez 'Guti', decidió, quizás cansado ya de tantas cosas, no sólo dar un paso adelante sino cinco o diez y casi colocarse, él mismo, al borde del precipicio. Todo ello cuando restan 10 jornadas de liga, como decía Luis Aragonés el momento de la verdad, y sus hombres habían realizado, con la parte alícuota de culpa del que los entrena, un encuentro lamentable, pese al triunfo. “Mierda (con perdón), o ridículo” fueron sólo algunos de los argumentos que expuso el míster algecireño en una comparecencia de prensa que hizo temblar los cimientos del vestuario.

          Se le pueden criticar, como a todos los técnicos y también a los que nos dedicamos a informar, muchas cosas pero no su algecirismo. Esto, obviamente, no le exculpa de nada, ni tampoco de los éxitos que ojalá lleguen, pero puede valer para entender algunos detalles. Uno de ellos, sin ánimo de dar lecciones, es que los ultradefensores del míster, que criticaban a los que en su momento veíamos más números que otra cosa, ahora parecen decididos a cargárselo. Ilusos ellos, puesto que a Guti, como a todos, lo cesarán o lo pasearán a hombros, los resultados.

     Resulta casi inverosímil recordar aquellos mensajes de agosto o septiembre cuando los jugadores, sobre todo los de fuera, indicaban que el vestuario era “una familia”, o “esta es la clave para todo”. Frases, mensajes y sentencias que se mantenían en el buen inicio de campeonato. Berlanga, que sabe de sobra como se manejan estas situaciones y al que le honra su gesto de comparecer y eso que ahora es suplente, dejó claro que “no se ha roto nada”. Él, como Máiquez y el Gato Romero, al que el míster aludió y de paso se le incluye como es de sobra conocido entre los de casa, dejaron claro que “la culpa es nuestra” y además, añadió el arquero “nosotros ya le hemos explicado a los nuevos lo que es el Algeciras”. Sería ventajista recordar algunas resacas del inicio en la que apuntábamos, con nuestros miles de errores, a que muchos de los integrantes de la caseta no se habían visto en una situación igual.

          No se trata de ser chovinistas, ni de pensar que nuestro equipo es poco menos que lo más grande del universo fútbol. Se trata de plantear, aquí tiramos de años en este mundo aunque cada vez sabemos menos, que habían llegado jugadores que casi nunca se habían enfrentado, en Tercera, a una situación similar.

          Y es que cuando se gana todo es color de rosa e incluso se crean, allá cada cual, estrellitas de una categoría en la que no existen, obviamente. Ahora, pese a vencer pero con una sensaciones extrañas, llega el momento de diferenciar a los hombres, los tres que comparecieron y algunos más que han mamado esto y otros que han llegado y lo han entendido pronto, de los niños. De esos otros que se están tapando, como admitió el entrenador. Aludidos por favor, respondan en el campo, asciendan a Segunda B y tómense  la revancha que quieran, que los algeciristas les daremos las gracias.

       Decíamos que Guti se había puesto a los pies de los caballos puesto que el fútbol, ya se sabe, es de los futbolistas. Por tanto, la mejor manera de defender a su entrenador, si tan cierto es que están a muerte con su proyecto, es ganar y mostrar otra actitud en el campo, muy distinta a la que se pudo ver ante el Cabecense.

      Llegan dos partidos, consecutivos, fuera de casa. La promoción, pese a todo, está cada vez más cerca, pero se trata de dar ese paso adelante que se reclamaba en la sala de prensa, y de enseñar al algecirismo que, más allá de victorias o derrotas, el equipo está capacitado para pelear por el ascenso, algo que, ahora mimo y ojalá nos equivoquemos, parece una quimera. Sin embargo, el fútbol, otra vez él, es tan grande que en junio, ojalá, podemos estar en la Feria Real celebrando el retorno y esto quedará, para algunos, como una pesadilla. Para otros, entre los que nos incluimos, será el momento en el que todo varió, sólo falta saber en que sentido.

El órdago de Guti