ascenso1963

El padre de Paloma y Pedro

El padre de Paloma y Pedro
ALGECIRAS. - A ver si ascendemos este año Alberto. Esa era la frase de Manolo con la que me recibía cuando nos veíamos. Sí para mí no era Periquito era Manolo, el padre de Paloma y Pedro, el marido de María Luisa o el vecino de mis tíos (Juan y Juani). Te has ido y nos dejas a las puertas de una liguilla de ascenso. Esa palabra que siempre irá ligada a ti para los que somos algeciristas y en mi caso para los que tuvimos la suerte de conocerte antes incluso de saber de tus hazañas con el equipo que sería el de mis amores, desvelos, alegrías y sufrimientos. No tuve la suerte de verte jugar, cosas de la edad, pero da igual. Me has contado tantas veces, ahora me parecen pocas, aquella jornada del Atlético Baleares que casi he visto los goles. Me he reído contigo, nos has regañado cuando me quedaba a dormir en casa de mis tíos y entrábamos por el portal (con Paloma y mis primas) y era tarde. Has visto como crecíamos y sobre todo has seguido enseñando saber estar y algecirismo por todas partes. Me sentí abrumado, aunque me consta que no te lo creías, el día que me dijiste que escuchabas mis programas de radio. Aquel niño que hacía travesuras en ese bloque futbolero de Al Hadra, estabas tú y Ricky tomó el relevo, junto a Paloma y Pedro, te podía contar cosas de nuestro Algeciras. Ese al que tú hiciste grande. Compartimos mesa en el jurado de los deportistas especiales y al igual que hago con Curro, entonces en activo y vecino en la calle Séneca, presumía de que te conocía. Sí yo conozco a Manolo y además lo veo casi a diario, le decía a muchos. Eran sueños de niño y de historias que contaban los más veteranos sobre todo lo que estaba relacionado con el rojiblanco. Claro que tampoco se puede olvidar, quizás por eso la sintonía con mi tío Juan, la labor de docente, maestro que queda mejor. Ahí no te tuve, ya soporte bastante a mi tío, pero todos los que tuvieron la ocasión de aprender contigo hablan de la humanidad y conocimiento. Yo lo pude disfrutar fuera de las aulas y sobre todo compartir, algunos ratos, cuando te ponías a explicar lo que debería ser nuestro club. El día que saliste al campo, al nuevo, para recibir ese homenaje junto a otras leyendas, me consta que te emocionaste, pero ni sabes lo que tú nos has emocionado a los demás. Los que te vieron jugar y los que te imaginamos. Adiós amigo, adiós Periquito, para mi Manolo, el padre de Paloma y Pedro. A ver si ascendemos y lo ves desde el palco del cielo con Hita y otros tantos del equipazo que estáis montando allí arriba. Seguro que tú pondrás el orden y el gol definitivo. Un beso María Luisa.

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