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La Resaca: Alegría y humildad

La Resaca: Alegría y humildad
ALGECIRAS. - La Resaca de hoy es fácil de escribir. La hacen lo más de 600 algeciristas desplazados a Gerena que, de nuevo y por si hacía falta, demostraron que este equipo es Especial. También los miles que lo siguen, aunque vayan y vengan, pero sobre todo los que nos enseñaron, ahora enseñamos por la edad, y enseñarán los jóvenes que vienen empujando, que esto no tiene parangón con nada. Por cierto, la dedicatoria del triunfo, con permiso, para Antonio Tovar. Ánimo y fuerza. Fríamente, tengan en cuenta esto y sin ánimo de ser un aguafiestas, que el domingo en Sevilla se jugaban tres puntos de una liga regular de 42 jornadas. Cierto  que ante el rival más directo, por ahora, y que ya son nueve puntos de ventaja. Pero no había un ascenso en juego, ni nada por el estilo. Es el Algeciras C.F; gracias Papa por hacerme rojiblanco y a ti Eusebio –sí otra vez más- por inculcarmelo. Nadie entiende, pregunten en el acogedor pueblo de Gerena, como un equipo de Tercera, recién descendido, puede hacer esto. Claro que los que se honraron la camiseta con nuestra Torre de la Palma, la Plaza Alta y el señero escudo rojiblanco, también pusieron mucho de su parte para que el día no fuese uno más. Comenzando por Mere. Su planteamiento, no está mal decirlo ya que han sido muchas las críticas pese a la inmaculada trayectoria, fue perfecto. Un baño táctico ante el equipo que, decían, mejor fútbol hacía en la categoría. Sí, bonito, estético pero sin plan B.  Romero, ahora en la derrota, fue generoso reconociendo el potencial del rival y de su hinchada. “Esto parecía Algeciras”, dijo sobre el césped del campo que lleva su nombre para poner en valor en la hinchada. El técnico, ahora sí, tuvo que rendirse a la evidencia. "Son el mejor equipo y espero que en la eliminatoria que disputen tenga suerte, aunque el rival que les toque será el que lo tenga complicado".  Sentencia que deja claro, al menos para el de Gerena, que el campeón está entre los muros del Mirador. Algo que, más allá del agradecimiento, aún hay que cerrar. Sabemos, por desgracias muy recientes, que nada está hecho hasta que se logra matemáticamente. Cierto es, sería de necios negarlo, que mucho deben fallar los nuestros para que el primer puesto se escape. Pero, por si tienen dudas, ahí van los mensajes de los felices y agradecidos guerreros rojiblancos.  “Quedan 27 puntos y  hay que seguir trabajando”, dijo el incombustible Joselu. “No me había obsesionado con el gol, pero tenía ganas de marcar”, espetó el de Tallarubias que ha conseguido que su pueblo, había gente de Extremadura en el campo, entienda que esto es diferente a todo, ojo que no digo mejor o peor, diferente. “Sabía por las redes sociales que vendría gente pero ha sido una pasada”, dijo el hombre que, aunque no lo diga y le da igual que sea otro, sueña con marcar el gol del ascenso. Las muestras de agradecimiento eran constantes.  Adrián Pavón jugó un excelso partido, demostrando que ha venido para esto. Alguno ya le advirtió, en un delicado momento para él y recién llegado, que jugaría titular en Gerena. El partidazo que se marcó, como el resto de sus compañeros, corrobora que conoce el oficio. “La verdad es que sabíamos de la relevancia del encuentro y estábamos muy metidos”. Si faltaba algo la gente hizo el resto. “Yo ya conocía a esta afición pero la verdad es que fue increíble, se lo agradecemos enormemente”, aunque claro, apunta el centrocampista, “sabemos también la responsabilidad de no fallarles”. Un detalle. Mientras en el descanso los jugadores locales se miraban y buscaban respuestas a lo que pasaba, los nuestros trasladaban esa mirada de los que no regalan nada y saben que están ante una cita que marca. Por mucho, insistimos, en que sólo sean tres puntos más. El cumpleaños feliz de Mere también deja paso a su reflexión. “Tenemos una buena ventaja pero quedan 27 puntos”, dijo el de El Puerto. Contento,  pero al mismo tiempo tranquilo y humilde. Esa es la clave, la alegría pero también la humildad. Ambas son compatibles y deben marcar un punto de inflexión que tiene en Gerena, como otrora Hellín, Don Benito, Maracena o Toledo, un lugar que puede ser recordado si, como todos esperamos, queremos y deseamos, hay ascenso. Allí, en la tierra de Quique Romero, el algecirismo no sólo ofreció una lección, inmensa, de amor a sus colores, sino que desterró el traumático descenso del pasado año y ha comenzado a jugar y apoyar a un grupo que con 80 puntos, ahí es nada, está muy cerca del primer paso, verdad Chamorro. Ahora, no queda otra,  llega el Conil a un estadio al que debemos ir de la mano todos juntos, alegres pero humildes. (Ánimo Iván)

La Resaca: Alegría y humildad