ALGECIRAS. - El alcalde de Algeciras y diputado nacional, José Ignacio Landaluce, se ha mostrado convencido de que la llegada de los inspectores de la Comisión Europea a la zona va a servir para certificar la correcta actuación de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en los controles fronterizos entre España y Gibraltar, a la vez que también va a servir para que la comunidad internacional tenga conocimiento de los problemas que provoca en esta zona el contrabando de tabaco y el blanqueo de capitales, términos éstos en los que también va a investigar estos inspectores. Durante los días que van a permanecer en la comarca, estos inspectores van a tener la oportunidad de conocer de primera mano la realidad de la frontera entre España y Gibraltar, y no sólo viendo cómo se trabaja en ese punto concreto y los problemas de contrabando, sino también hablando con la gente, que pueden aportar su particular visión de la realidad de las relaciones entre ambos territorios. Dentro de esa línea de recabar información, Landaluce considera que sería también una buena idea el poder establecer contactos con las administraciones y autoridades locales de un lado y otro de cara a esclarecer dónde residen los problemas del conflicto que enfrenta a ambas comunidades. El diputado nacional recuerda que el tema de Gibraltar sigue más vivo que nunca, ya que, por segundo año consecutivo, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, va a llevar el contencioso a la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas que se celebra en Nueva York. En este sentido, Landaluce ha apostado por continuar con la reivindicación que el presidente Rajoy ya hiciera el pasado año en ese mismo foro, una reivindicación que no es otra que la apertura de un diálogo directo y sincero sobre la descolonización de Gibraltar. Como venimos defendiendo, concluye el diputado popular, Rajoy volverá a defender el diálogo como única forma de dar salida a una situación cuando menos anómala que dura ya demasiado tiempo, y esta responsabilidad recae sobre los dos estados soberanos con intereses enfrentados en este asunto, es decir, España y Reino Unido, lo que no significa que no tenga que ser oída la opinión de los gibraltareños y de los habitantes de este lado de la verja.