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Borondo, la joya verde de la costa sanroqueña en espera de ser tallada

Borondo, la joya verde de la costa sanroqueña en espera de ser tallada
La empresa Carbonell y Figueras, propietaria de la finca ubicada entre Sotogrande y la Alcaidesa, está tramitando un proyecto de reserva ambiental y ecoturismo que conectará Borondo con el Parque Natural de Los Alcornocales. La inversión prevista es de unos 120 millones de euros, con la creación de más de 500 empleos directos. 

Escondida entre dos zonas residenciales de un importante valor turístico para San Roque, como Sotogrande y La Alcaidesa, se encuentra Borondo, una finca de 330 hectáreas ubicada entre la costa y la autovía A-7, que puede ser la protagonista del mayor proyecto de turismo relacionado con la naturaleza y la ecología que se recuerde en el Campo de Gibraltar. 

La empresa Carbonell y Figueras, propietaria de la finca, se encuentra desde finales de 2021 en plena fase de presentación y tramitación de un importantísimo proyecto de aprovechamiento de la zona para convertir a Borondo en una reserva ambiental y turística enclavada en una zona mucho más conocida por sus playas, el golf y el turismo de alto standing que por su valor ambiental, histórico y antropológico. 

Joan Cruz, el director del proyecto, nos cuenta la génesis de esta iniciativa que pretende instaurar en San Roque y junto a la Costa del Sol un referente en un turismo de nuevo formato, mucho más respetuoso con el medioambiente y que fomente el cuidado y la protección de nuestro entorno. 

joan cruz“Carbonell y Figueras, como propietaria de la finca, nos encargó el estudio de posibilidades que podría ofrecer Borondo. Para ello, por un lado visitamos diferentes parques naturales del mundo: Canadá, los glaciares de Argentina, el parque Yellowstone en EEUU, también estuvimos en Tanzania, Ecuador… y vimos que había un enorme cantidad de opciones”, explica Cruz. “Por otro lado, analizamos Borondo en profundidad con geólogos, biólogos, geógrafos, arqueólogos e ingenieros agrónomos para ver qué todo lo que había en la finca y nos dimos cuenta de toda la riqueza que contiene en diferentes aspectos”. 

“Pero otro día, subimos a Los Alcornocales y nos quedamos alucinados con el parque natural más grande de Andalucía, por su vegetación, sus posibilidades de avistamiento de aves, de espeleología, todo lo relacionado con el corcho, su pertenencia a la Red Natura 2000, etc… No conocía la zona y reconozco que me quedé emocionado con todo lo que me he encontrado en torno a Los Alcornocales, su entorno natural, sus embalses, sus pueblos, la Ruta del toro, su gastronomía…”, reconoce el director del proyecto, que a partir de entonces comenzó a trabajar la idea de enlazar las posibilidades de la finca con todo lo que representa el cercano Parque Natural de Los Alcornocales. 

“Con todo lo que puede ofrecer el parque natural por un lado, y Borondo, que además cuenta con salida al mar y una playa preciosa, por otro, pensamos en cómo podíamos hacer que todo esto fuese una sola pieza. Una sola idea que aglutinase y ofreciese al visitante una experiencia nueva basada en la ecología y en la sensibilidad hacia el entorno. El objetivo es mostrar todo ese potencial en nuestro proyecto con los centros de interpretación, ofrecer la posibilidad al visitante de una visita en un día o la estancia de varias jornadas en la propia Borondo o en cualquier otro establecimiento hotelero de la zona”, explica Cruz.  

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Teniendo en cuenta el carácter de espacio protegido con el que cuenta la propia finca, el proyecto está diseñado para que ofrezca el mínimo impacto ambiental posible, utilizando para su equipamiento turístico apenas un 1’7% del total de la finca, además de ofrecer otros aspectos que persiguen la máxima sostenibilidad ambiental como alojamientos construidos en madera e integrados en el terreno, además de prohibir la entrada de vehículos de combustión. 

“Vamos a construir un centro de interpretación, con una parte museística y explicativa, donde el visitante pueda conocer y aprender sobre el PN Los Alcornocales. También tendremos un parque de aventuras y una ecofinca, donde enseñar cómo es una explotación agroecológica y el aprovechamiento de las energías renovables”, explica el principal responsable del proyecto en la finca sanroqueña. 

“Por otro lado, también proyectamos un centro de interpretación del mundo marino, aprovechando su ubicación en la costa, y poner en valor los restos históricos que tenemos en la zona. En la propia Borondo hay restos arqueológicos de industria de salazones de la época romana que también hay que proteger y enseñar. La idea es que el visitante pueda venir en un día a disfrutar el PN Los Alcornocales, pero también poder prolongar su estancia en alguna de las 263 cabañas y cinco albergues que tendremos en Borondo, para disfrutar aún más de todo lo que ofrece la zona.”, describe Joan Cruz. 

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De esta forma, el proyecto presenta unas enormes posibilidades de aprovechamiento turístico, dirigido a posibles clientes que busquen un contacto directo con la naturaleza, la aventura, o incluso el turismo más familiar, pero siempre desde este formato pionero en una zona caracterizada por un tipo de actividad turística muy diferente, tal y como aclara Joan Cruz. “Andalucía y la Costa del Sol puede integrarse perfectamente en esta nueva perspectiva de un turismo con un formato más ecológico y didáctico. Lo que no se enseña, no se puede conservar, y espacios como estos debemos mostrarlos, explicar todo lo que hay que ver en Los Alcornocales, para apreciarlo y cuidarlo”. 

“Lógicamente, implantaremos nuestro proyecto respetando también lo que ya hay en cuanto al turismo tradicional, con toda la actividad que generan los campos de golf de la zona y todo lo que ofrece en este enclave. La Reserva de Borondo será un proyecto que puede complementar perfectamente la oferta en otros aspectos que históricamente ya ofrece San Roque y la Costa del Sol”, asegura Cruz. 

Una vez desarrollado el proyecto y confirmada la apuesta de la empresa Carbonell y Figueras por implantar esta iniciativa pionera en el Campo de Gibraltar, en los últimos meses del pasado año comenzó el proceso burocrático de requerir todos los permisos necesarios para hacer realidad un proyecto de esta índole en un espacio natural tan sensible. 

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“Ya presentamos en el Ayuntamiento de San Roque el documento inicial estratégico. La Junta está evaluando el impacto ambiental y esperamos que a lo largo de este 2022 podamos conseguir todas las autorizaciones necesarias para iniciar la construcción este mismo año”, explica Joan Cruz, que confirma la enorme dimensión del proyecto. “Prevemos una inversión inicial de unos 120 millones de euros, que generarían unos 600 puestos de trabajo directos, además de una estimación de otros 800 o 1000 empleos indirectos más, ya que, con la campaña de márketing nacional e internacional que lanzaremos, se aumentarán las visitas a los municipios del entorno del parque y, por tanto, su actividad económica”. 

Finalmente, Cruz muestra su ilusión por hacer realidad en España y en Andalucía un proyecto de este calibre que, aprovechando el enorme y diverso potencial de la zona, podrá rivalizar con otros enclaves que ha visto en otros países. “Cuando uno viaja y ve lo que hay en el mundo, y compruebas que lo que tienes aquí no tiene nada que envidiar con lo que encuentras en otras zonas, piensas en cómo potenciarlo. Queremos que la gente de este país tenga el orgullo de contar con uno de los espacios más imponentes que existen en Europa y en el mundo”.

Borondo, la joya verde de la costa sanroqueña en espera de ser tallada