En el primero de los casos, el autor había fracturado la puerta de acceso, accediendo al interior del local y apoderándose del contenido de la caja registradora. En el segundo, intentaron acceder golpeando la persiana metálica de la entrada, dejándola inservible, pero sin conseguir sustraer ningún efecto.

Los investigadores comprobaron la existencia de una cámara de seguridad que había grabado la secuencia de los hechos, descubriendo que eran  dos personas las causantes de los robos denunciados.

En un estudio detenido de las grabaciones se pudo captar la cara de uno de los autores, tratándose de un delincuente habitual, conocido de los investigadores policiales, del que saben que suele actuar en compañía de otro varón, que resultó ser el segundo autor que aparece en las grabaciones.

Una vez identificados los presuntos autores, se emitió una orden de búsqueda y captura, de manera que ambos pudieron ser localizados, en un caso por los propios investigadores y en otro por medio de una patrulla de Seguridad Ciudadana.