Heladeria El Gulus
Una imagen vale mas que mil palabras

Elgulus, una sensación de sabores a pie de calle

Elgulus, una sensación de sabores a pie de calle
ALGECIRAS. - Desde 1996, Algeciras disfruta de unos sensacionales helados artesanales de la mano de una empresa familiar que comenzaba su andadura en el Paseo de Getares con el nombre de Garibaldi, y que posteriormente decidió instalarse en la barriada de Las Colinas, donde se ha convertido en toda una referencia para los amantes de los sabores helados. Hablamos con sus propietarios y nos interesamos por el origen del nombre actual, “Elgulus”. “Significa muy goloso en italiano”, nos dice uno de los tres socios actuales de esta empresa, que según asegura cuenta con un secreto nada original, pero fácil de entender del porque de la calidad, “materia prima, trabajo, limpieza, mucha simpatía y buen precio”. Parece fácil, pero no lo es, aunque Elgulus ha sabido combinar a la perfección la formula. La crisis parece que ha pasado de largo por este local, que cada día de verano pone el cartel de no hay billetes en la calle, donde se ha convertido en una costumbre el comprar las tarrinas, sentarse frente al local, y deleitarse con la sinfonía de sabores. Helados de Kinder, el más vendido, junto a otros de sabores originales derivados de los propios pasteles, han desplazado a los sabores de antaño el chocolate o el turrón. Incluso helados de gazpacho y de cerveza han tenido en un local al que se han acercado para pedir si tenían helados de potaje. La empresa crece, y próximamente abrirán también en La Línea, lo que es una buena noticia para la vecina localidad y para los cinco empleados que comenzaran allí la actividad. Ocho son en Algeciras. Recalcamos, precio, simpatía y amabilidad, calidad en la materia prima, limpieza y mucha calidad, es el único secreto de este negocio que abre todos los días hasta las doce de la noche, y hasta la una de la madrugada en verano. ¿Que no lo has probado todavía? Pues de verdad que no saben lo que se pierden. Su sabor a la luz de las estrellas, no tiene precio.

Elgulus, una sensación de sabores a pie de calle