Opinión

Ahora nada pone sombra a mis sueños

Ahora nada pone sombra a mis sueños
No he cuestionado nunca que todos merecemos tener una oportunidad, pero algunos que sí la han tenido, la han malgastado. Lo he visto con alguna frecuencia en el ámbito político.

Renunciamos a personas no porque no nos importen, sino porque nos damos cuenta que no les interesamos a ellas. La decepción no mata, nos enseña. 

Nos enseña a que no todos los que nos sonríen son amigos, nos enseña a como el dolor nos hace más fuertes, la traición nos vuelve más perspicaz y  la experiencia más sabios. 

Yo he fallado muchas veces, he fracasado en algunas ocasiones, pero me ha servido para aprender a no confiar en cualquiera, me ha servido para creer en hechos, no en palabras. 

Ninguno debemos avergonzarnos de ser como somos, quien no nos quiera y acepte así, no merece nuestro afecto. Yo he sido en ocasiones, increpado, es público y notorio, por defender mis ideas.

Soy consciente que me tomo muy a pecho mi militancia política y que puedo resultar cansino y provocador. Pero es que militar en un Partido tiene una gran dosis de compromiso.

Ninguna desilusión pone sombra a mís sueños, mi coraje no lo reemplaza nada, es mío. Sueño con una Andalucía, libre, tolerante, donde quepamos todos, o no quepa ni Dios. 

Y sé bien a quienes esto no les gusta