Hablo de mi entrañable amigo Baltasar Garzón, que anoche se rompió su camisa, en el salón de actos la Politécnica ante un numeroso público que le aplaudió entusiasmado en muchas ocasiones.

Baltasar además de demostrarnos su sabiduría, también nos demostró su humanidad. 

Necesitamos líderes como él, capaces de devolvernos la ilusión que en otros tiempos tuvimos. Ni el discurso ni la oratoria de la mayoría de los actuales, consigue arrastrar a votantes suficientes para poder gobernar holgadamente. 

Me entristece que el desencanto arrope el discurso xenófobo, insolidario, antifeminista, de VOX. En estos momentos tan difíciles para la Política, figuras como la de Baltasar Garzón, supondrían una bocanada de aire fresco e ilusión y entusiasmo en muchísimos progresistas. 

Aunque la mona se vista de seda, mona se queda. La Política está bastante mal considerada, la corrupción, pero no sólo, también lo poco eficaz para resolver los principales problemas, hace que la valoración ciudadana sea pésima. Ahora además se le une la encarnizada lucha de poder dentro del Partido Popular. 

Baltasar anoche lo dijo bien claro. Nada será igual en materia de salud, ni en economía, tampoco en política. Criterios de honradez y eficacia serán los más valorados por encima de cuestiones identitarias.

Son tiempos difíciles, podemos salir reforzados o aún más debilitados, está en nuestras manos.