Pero es que me rebelo contra sus miopías política que atentan con destruir cualquier atisbo de comprensión o entendimiento institucional, para colaborar en investigación que es lo que hace que un país prospere. La ciencia no da beneficios inmediatos, pero es lo que marca la diferencia a medio y largo plazo.

Esta visión alicorta de las derechas, constriñe nuestras posibilidades y nos sentencia a convertirnos en un país meramente de servicios. Cualquier innovación de calado tenemos que importarla.

La salud es un buen ejemplo. La derecha ha promocionado  a las empresas privadas  en detrimento de  lo público, mermando en medios humanos y materiales, lo que era una sólida y solidaria fórmula de atención sanitaria.

En España, la Seguridad Social se sostiene con las aportaciones mensuales de las trabajadoras y de los trabajadores y de la Administración y no es de recibo permitir que se deteriore el sistema público para que se privatice. 

Si es cuestionable en situación de normalidad, es intolerable cuando sobreviene una catástrofe como en la que estamos. 

Demos las gracias a la Unión Europea que está coordinando la adquisición de vacunas en vez de tener que buscarnos la vida solos.