Opinión

Un castigo inmerecido

Un castigo inmerecido
Parece que al Gobierno de España no les vale solo con tenernos marginados en el tema del tren, no solo no dándonos lo que es justo, sino incluso complicándonos lo poco que ya teníamos; ni les vale con no fomentar la creación de empleo, ni con no aplicar el Plan Especial para el Campo de Gibraltar, ni con maltratar de manera continuada a la joya de la corona, nuestro puerto, ni con negarnos el pan y la sal como zona de especial singularidad, y así, por desgracia, podríamos continuar.

No contentos con todo ello, se descuelgan ahora con el disparate de abrir en Algeciras un centro de estancia temporal de inmigrantes (CETI), intentando disfrazar esa insensatez con el ropaje de la mentira. Y por ahí sí que no vamos a pasar.

Un CETI es un establecimiento oficial del que los inmigrantes irregulares que lleguen a las costas de Andalucía Occidental podrán entrar y salir libremente mientras se soluciona cada situación personal, sin límite de tiempo. Ojo, que lo de las costas nos lo dicen desde el propio Ministerio en la carta que consuma este despropósito, aunque luego señalen que se daría cobertura también a los ucranianos que huyen de la invasión rusa. Mentira.

Como mentira, y de las grandes, es que la apertura de este centro generaría empleo para la gente de Algeciras. Más quisiéramos que fuese así, pero la Ley no permite que se contrate a trabajadores en base a su lugar de nacimiento o de residencia.
Nosotros invertimos en seguridad y políticas sociales, y otros quieren obligarnos a fomentar todo lo contrario. Es absolutamente demencial.

Hablamos de una superficie de 17.000 metros cuadrados, o lo que es lo mismo, casi dos campos de fútbol, superando y en mucho a los dos únicos CETIs que funcionan en España, y que están en Ceuta y Melilla. Esa parcela, el antiguo Cuartel de Transmisiones, está ubicada en la calle Reyes Católicos, en la unión de los barrios de Pescadores con El Saladillo, en plena zona sur de la ciudad, en un sector en el que llevamos más de cuatro años trabajando de la mano de la Estrategia ERACIS de la Junta de Andalucía, y de un plan municipal de intervención para áreas desfavorecidas, invirtiendo en este tiempo casi cuatro millones de euros.

Pues bien: el informe de los técnicos de la Delegación de Igualdad y Bienestar Social del Ayuntamiento en relación a la apertura de este centro concluye textualmente que “establecer un centro de estas características sería retroceder más de diez años, ya que a esa zona se le sumaría una población inmigrante flotante en una situación grave de exclusión social. Sería tirar por tierra todo el trabajo, esfuerzo, dinero de todas las Administraciones, entidades y la ciudadanía en general y en particular el trabajo realizado por la ciudad de Algeciras para conseguir que el Plan Local sea un plan integral y contundente e impedir que la zona sur vuelva a depreciarse, máxime cuando en esta ciudad existen numerosas entidades que trabajan con la población inmigrante, habiendo alcanzado con un gran esfuerzo un nivel de convivencia óptimo que puede verse afectado por el aumento masivo de esta población”. Poco más se puede decir.

Pero otro informe técnico, en este caso de Urbanismo, señala que “la implantación de un centro con las características expuestas en el escrito remitido por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones impediría resolver las deficiencias existentes en la zona, sin considerar el manifiesto incumplimiento de las determinaciones del plan general de ordenación urbana vigente”. Más de lo mismo.
    
Y encima, nos dicen que si no nos gusta esta parcela, le demos otra donde creamos conveniente. Y mi respuesta es clara: ni nos gusta este emplazamiento, ni le vamos a facilitar otro. El Ayuntamiento ha cedido gratuitamente parte de sus mejores terrenos para construir colegios,…