Opinión

Depresión y suicidio en menores. Un problema silencioso

Depresión y suicidio en menores. Un problema silencioso

En el mundo actual, junto a los continuos avances científicos e incesantes descubrimientos, paralelamente se ha generalizado menores ingresos en los diferentes trabajos o profesiones, lo que ha provocado una mayor dedicación de la familia al trabajo durante prácticamente todo el día, con olvido en parte de las obligaciones que tienen para con sus hijos, lo que, ha desencadenado en muchos casos, en constituir una de las causas de la depresión en menores.

Los jóvenes se enfrentan a constantes cambios, que generan situaciones de estrés, confusión, dudas de sí mismos, presión para lograr el éxito, miedo y ansiedad cuando no encuentran el apoyo que necesitan para afrontarlos con normalidad. Situaciones de divorcio, nuevos miembros en la familia o bien cambios de residencia pueden intensificar el estrés y derivar en depresión. Estos desafíos alteran la salud mental de los jóvenes.

La educación es el mejor aliado para prevenir problemas, informar y formar es fundamental. Hay muchas formas de conseguir esa información como pueden ser las charlas o conferencias en los colegios e institutos, o las campañas de publicidad que llevan a cabo las organizaciones, y sobre todo que, el menor se vea con la protección de sus padres.

La depresión en adolescentes (entre 13 y 17 años) es una enfermedad médica grave. Es más que sentirse triste durante unos días. Es un intenso sentimiento de tristeza, desesperanza e ira o frustración que dura mucho tiempo. Estos sentimientos hacen que les sea difícil tener una vida normal y hacer sus actividades habituales. También pueden tener problemas para concentrarte y no tener motivación o energía. La depresión puede hacer difícil disfrutar la vida o incluso superar el día.

Hay causas conocidas que llevan al menor a la depresión; entre otras, puedo citar las siguientes:

1.- La mala relación de los padres, con discusiones frecuentes en el hogar. Un hogar conflictivo es un caldo perfecto para cultivar ansiedad, precursora de la depresión en los adolescentes.

2.- El consumo de alcohol, drogas, cigarrillos, y otras actividades recreativas reservadas para los adultos. Además el consumo de drogas aumenta la depresión debido a los efectos en la salud mental relacionados con el consumo.

3.- Abusos sexuales: Los abusos sexuales causan una fuerte depresión en los adolescente. Es importante educar a los adolescentes al respecto de qué un abuso y cuáles son las partes íntimas que nadie puede tocar. Igualmente saber que pueden denunciarlo si algo así ocurre.

4.- Buylling, en el colegio: el acosos de compañeros, hacen que un menor no lo soporte y caiga en depresión.

Bastantes son las familias que padecen este problema, y cada vez son más las consultas a psicólogos y psiquiatras. La atención continua hacia sus hijos ha de ser constante, y máxime si observan algunos de los síntomas que provocan la depresión: Cansancio, fatiga, pérdida de energía, sensación de sueño; dormir demasiado; insomnio; cambio en la dieta y apetito; aislamiento social; rendimiento escolar desfavorable, a veces con ausencias o absentismo; peleas en el colegio; arrebatos que pueden incluir violencia; dolores en determinadas zonas del cuerpo, y es un preludio de un plan suicida.

Según la OMS, el suicidio es la segunda causa de muerte en jóvenes y adolescentes. En la mayoría de los casos, el suicidio se relaciona con trastornos psicológicos y problemas de salud mental: depresión, adicciones y acoso escolar, entre otros.

Urge la necesidad de que la salud mental de los jóvenes sea caso de estudio, porque actualmente es una asignatura pendiente en la sanidad española. Es importante incluirla en la educación de los menores, para que conozcan los riesgos y a través de las experiencias de otros jóvenes descubran cómo evitar las situaciones estresantes y hacer que estas no lleguen a convertirse en tragedia.

La detección del problema y el actuar a tiempo de los padres, es imprescindibles para que, el menor pueda seguir con la fijación en la autolisis. Y en concreto, algunas señales de alarma, a las que hay que prestar atención: Mencionar el suicidio o la muerte en general; escribir poemas o cartas sobre la muerte; retraerse de amigos o de la familia; pérdida de interés en el colegio o deportes; actuaciones violentas; cambios notables en su forma de actuar, entre otros varios.

Los padres deben observar y escuchar bien a los adolescentes retraídos y con depresión y comprender la importancia de lo que ha producido esa situación. Intentar mantener abierta la conversación, hacer saber su preocupación, su apoyo y su amor. Hacer preguntas a su hijo, intentar comprender el motivo que lo tiene en esa situación y ante cualquier duda, pedir ayuda a los especialistas.

La atención a la salud mental de la infancia y adolescencia en España, es un largo camino aún por recorrer. Ha de invertirse más en salud mental, ya que afecta no solo a nuestro país, sino a más de 300 millones de personas adolescentes.