Opinión

Más vale lo conocido que malísimo por conocer

Más vale lo conocido que malísimo por conocer
Cuando la nada parece cernirse, sobre las gentes compungidas y desconcertadas, la sensación de miedo se agranda hasta llegar a ser insoportable

Eso sólo les ocurre a las personas que aún guardan un punto de conciencia sobre quienes son ellas, quienes son las personas a las quiere y además experimentan la vivencia de formar parte de una inmensa cadena de ancestros que han hecho posible, con sus pequeñas y cotidianas vidas, las condiciones vitales donde ahora les toca vivir.  Y si ahora, con las limitaciones propias de un sistema económico que trata a las personas humanas como mercancía para ser explotadas, se puede ir tirando ¿Qué ocurrirá cuando, quienes puedan gobernar mañana, facilitan aún más esa explotación inexorable?  Que quienes controlan el mundo mundial controlan los poderes políticos, parece más que evidente. No obstante, aún queda un margen de maniobra para atemperar tanta codicia desmedida mediante, pudiera ser sólo una ilusión, de una precaria independencia política de los pueblos. Bien sea, porque esos poderes oscuros inducen a las masas a pensar de esta forma; bien sea, porque efectivamente el “sistema” tiene sus contradicciones, en ambos supuestos parece claro que el 23J habrá que ir a votar. 
Y si el objetivo de una campaña electoral se presume que debe ser informar al electorado de las distintas propuestas programáticas que cada opción política ofrece, vuelve a parecer evidente que no se está consiguiendo. Pudiera ser que las poderosas opciones políticas, que manejan mediáticamente el asunto, sean incapaces de conseguirlo, aunque se esfuercen. La duda parece razonable, en este caso, sobre todo porque mayores torpezas no son imaginables. Por ello sólo queda pensar que algunas fuerzas políticas en campaña se esfuerzan en ocultar aquello que realmente realizarán, una vez sean depositarios de eso que se suele llamar “soberanía popular”.  Y la gran puesta en escena de este “te contaré sin decirte nada”, pasa por poner “verde” al contrincante, al oponente, al enemigo. Malamente se ejemplifica lo que debe ser una sociedad tolerante, dialogante, cuando da la impresión de que se está dispuesto incluso a eliminar físicamente al adversario.  Del “váyase”, al “disuélvase” o “desaparezca”, no se sale y “el tu más”, se convierte en el mantra que está impregnando toda la campaña electoral. Vuelta a la evidencia: No todas las partes actúan de igual forma. 
Estas tácticas se emplean también para aburrir al respetable que, en este magma de descalificaciones, mentiras sin límite, exabruptos, chulerías y naderías, llega a la conclusión de que no va a votar.  Y precisamente este es el mayor triunfo de quien sabe que su techo electoral es el que es. Que además conoce que las condiciones de vida de las gentes sencillas las va a empeorar y que, como tontas no son, acabaran votando a los otros y eso les viene muy mal. ¡Mejor aburrirlos! Mucho mejor conseguir que ese sector del electorado, que sólo desea tener una vida digna, una sanidad pública, una educación pública, un servicio de mayores públicos y todos de calidad, no vaya a votar a los otros. Porque, es una verdad que cualquiera reconoce, ellos no están por lo publico y si ¡y mucho! por lo privado.  Sólo ese matiz, entre otros relacionados con derechos elementales -a un trabajo dignamente remunerado o una vivienda digna o una cesta de la compra asequible o un transporte garantizado- orientarían el voto hacia quienes manifiestan que eso es lo que persiguen. 
Y estos derechos elementales, básicos ¿Qué tienen que ver con derogar todo lo derogable? ¿Por qué estos, que pretenden derogar y derogar, no ofrecen garantías para que las personas vivan dignamente? No parece que esto les preocupe ya que, enarbolando la bandera del “libre mercado”, porque absolutamente todo se enmarca en ese “libre mercado”, toda la culpa de lo que a Vd, o a Vd, o a Vd les esté pasando, la tiene sólo Vd. Porque, según manifiestan, el “libre mercado” está lleno de oportunidades y ¿Qué culpa tienen ellos, si Vd, no es listo y las aprovecha? Incluso contarán que en internet hay miles de ofertas de todo tipo para que las personas puedan prosperar, hacer negocios, estafar a sus semejantes, aprovecharse del trabajo de otras personas, en aras a mejorar su personalísima y particular forma de vida que aspira a ser como la de la “Jet Set”.  El modelo para personalidades triunfadoras en un mundo competitivo… 
Un numeroso grupo de personas del mundo de la Cultura han firmado y siguen solicitando apoyos para un manifiesto que en resumen concreta lo siguiente: “De cara al inmediato futuro electoral, la disyuntiva es bastante meridiana: o seguir consolidando y avanzando en el Estado social y democrático de Derecho que define nuestra Constitución, en las políticas de creación y estabilidad del empleo, con mejores condiciones laborales y salariales, de mayor igualdad social y de género, de protección medioambiental, en una palabra, avanzar decididamente en la modernización de nuestro país. O, por el contrario, retroceder con políticas regresivas, cuyo único programa conocido es bajar impuestos a los poderosos con el objetivo de recortar el Estado del bienestar, buscar el enfrentamiento identitario entre las y los españoles o derogar leyes tan justas e imprescindibles como la Reforma Laboral, la de Memoria Democrática, la revalorización automática de las pensiones, o tantas otras. Asimismo, son inquietantes los acuerdos que se están produciendo en varias comunidades autónomas por los pasos atrás que se pueden producir en los esenciales campos de la educación y la cultura.”
Un consejo para salir de la situación de desconcierto, y en conclusión el próximo 23J vaya Vd. a votar sin que nadie le diga a qué opción aportar su voto:  Mire Vd. su realidad. La de su familia y amistades. Aspectos muy concretos de servicios básicos que le afectan a Vd. directamente: como la Salud, la Educación, la atención a los mayores, el tipo de cesta de la compra que le permite su salario o pensión, si tiene trabajo o tiene visos de mantenerlo… ¡Si! aquello importante para su vida, día a día, que con las “cosas de comer no se juega”.  Y después de este repaso opte por aquella propuesta que pretende garantizar la mejora de todo ello.  En esta ocasión podría formularse aquello de: “Más vale conocido que malísimo por conocer” o el más castizo “Virgencita déjame como estoy”  ¡Ah! y los slogans ideológicos mejor dejarlos para después del 23J. 
Fdo Rafael Fenoy Rico