El accidente se produjo en torno a las 22.15 horas de ayer, cuando la embarcación se encontraba en aguas próximas al Peñón en el marco de una actuación contra el contrabando de tabaco.

Según han informado fuentes de la Guardia Civil, fue un error en la maniobra y el despiste que produjo el reflejo de la luz de la baliza lo que provocó la colisión.

Ninguno de los ocupantes de la embarcación resultó herido, si bien la patrullera tendrá que someterse a una reparación por los graves daños sufridos.

Pese a ello, el delegado del Gobierno de España en Andalucía, Pedro Fernández, ha señalado que el accidente fue "un susto" y no hay "más consecuencias" más allá de los años materiales sufridos en la embarcación.

En declaraciones a los medios en Córdoba, Pedro Fernández ha explicado que el accidente se produjo después de "acabar el servicio" que estaban realizado en esa zona y que, por tanto, la patrullera no se encontraba realizando "una persecución ni muchísimo menos".

"Era de noche y un lugar no de los habituales. Entonces, se produce un choque con parte del muelle", ha indicado el delegado del Gobierno, quien ha señalado que la embarcación de la Guardia Civil ha sufrido daños materiales pero no personales "de ningún tipo", añadiendo además que "ni siquiera había riesgo para la flotabilidad de la embarcación". "Más allá de un susto, no hay más consecuencias", ha apostillado.

Con una eslora de 20.90 metros y una manga de 5.00 metros, la Río Belelle, en activo desde 2015, es una patrullera pensada para navegación sostenida. Fue diseñada y equipada para misiones de vigilancia y lucha contra el narcotráfico y la inmigración irregular, además de la protección del medio marino, en el ámbito de los cometidos propios de la Guardia Civil. Preparada para una autonomía de 570 millas y una vida útil de al menos 15 años, gracias a sus más de 2.000 caballos de potencia, que la impulsan mediante hidrojets, es capaz de alcanzar una velocidad de hasta 36 nudos.