mauri
Mauri celebra el gol que, en ese momento, daba el triunfo.

RESACA DE LA IGUALADA ANTE EL BETIS B

De aplausos y reproches

De aplausos y reproches

El Algeciras debe asegurar la promoción cuanto antes y mantener la línea que ha ofrecido ante los rivales de entidad. La buena imagen ante el Betis B deja una pregunta en el aire que, salvo milagro, ya no tendrá respuesta.

Ponemos en marcha nuestro Hyundai i30 New Generation para seguir valorando sus innumerables prestaciones y la calidad que ofrece en cada instante de su conducción. También para exponer, a bordo del vehículo, la reflexión de una jornada con muchas lecturas para nuestro equipo. Al lío.

       El Algeciras parece, no perdamos los papeles, que ha vuelto. La victoria en Utrera, en un partido de Tercera puro y duro, y sobre todo el empate, casi la victoria, ante el Betis B han rearmado a la fiel parroquia rojiblanca que, ahora, ve como su equipo jugará la promoción de ascenso, salvo descalabro, con otro aire. Todo ello, si mantiene lo que ofreció en la Ciudad Deportiva Luis del Sol. Vaya por delante, señorío rojiblanco siempre, el agradecimiento infinito a la familia bética por las muestras de cariño, a través de pancartas y aplausos, con la entidad centenaria.

       Ante el cuadro de José Juan Romero, que es superior, los nuestros volvieron a la senda del inicio de temporada. “Ante los de arriba hemos dado siempre la talla, pero estamos ante un equipo que se hizo con mucha gente nueva y que tiene fases de aprendizaje”, expuso un Guti que ha dado varios pasos al frente en las últimas semanas, aún a riesgo de haber caído en la hoguera. Eso es personalidad, más allá de fallos, que los ha tenido, y aciertos, que también los hay en el camino.

         El míster se niega a dar por perdido el primer puesto, aunque en su interior sabe, como también dijo Romero que mucho deberían fallar tanto los verdiblancos como el Arcos. Por simplificar, el Algeciras tiene tan complicado ser campeón como perder la mal llamada liguilla. De hecho, el domingo hay un partido clave en el Mirador ante el Écija para evitar sustos de última hora.

          Los algeciristas, a los que sólo les valía ganar ante los cachorros de Heliópolis, mostraron su cara buena. La de un equipo comprometido, por momentos atrevido, siempre solidario y sobre todo consciente de lo que se jugaba. “El Arcos contra nueve apenas le hizo ocasiones ya que defensivamente conocen el oficio”, espeto José Juan Romero tras el empate. El míster de Gerena, por cierto, hizo una valoración rara del partido pues su equipo, que mereció el empate, no creó tanto peligro tras el 1-2 como él intentó transmitir. Su rival nunca fue un equipo pequeño, salvo en los minutos finales por el cansancio, e incluso tuvo un par de contras en las que faltó el último pase. El Algeciras, y ese fue su mérito, sabía que estaba ante un equipo mejor, pero no se comportó como un conjunto inferior ni menor.

         Todos estos aplausos, compartidos con los muchos aficionados que vivieron el intenso calor sevillano en el campo, son más que merecidos, pero la sensación, también la que había entre los viajeros, era extraña. No ya por el empate, que insistimos fue justo pese al mal sabor de boca de tener tan cerca el triunfo, sino por las ocasiones desperdiciadas con anterioridad al duelo estelar.

       Nunca sabremos ya que habría pasado si la concentración, el compromiso y otros factores claves en una temporada larga y de máxima exigencia, se hubiese mantenido en el momento en el que se alcanzó el liderato y ante rivales muy inferiores. Esa es la gran duda que le queda al algecirismo. Escrito está aquí desde el inicio de la campaña, sin ánimo de ser adivinos ni nada por el estilo, que al grupo no le sobraba nada pero que estando al máximo era un rival muy complicado de batir, pero si bajaba algo, era un equipo casi vulgar. A lo largo de 30 jornadas se ha visto que era así, incluso en ocasiones lo ha sostenido el escudo o la grada, pero no siempre se puede apurar tanto.

        Lástima, por la parte que se perdió, pero al menos si queda la esperanza para lo que se avecina. Una promoción, que por cierto, hay que cerrar cuanto antes por si fallan los dos primeros, y en la que, visto lo visto, compartiendo reproches y aplausos, los nuestros ya han muestras de sobra para confiar en que, al menos, lo pelearán.

De aplausos y reproches