Opinión

Productos de trabajos forzosos. Prohibición

Productos de trabajos forzosos. Prohibición

En ocasiones, los medios de comunicación se han hecho eco del trabajo que realizan niños de entre 5 y 14 años en países subdesarrollados para poder subsistir la familia. Ocurre, con frecuencia en India, entre otros países, donde trabajan día y noche, para obtener un salario mensual de 3.000 rupias -unos 37 euros/mes-.

Son grades empresas europeas y estadounidenses, las que se aprovechan de estas circunstancias de menores, que hacen esos trabajos en condiciones infrahumanas; y los beneficios de esos productos que llegan a Europa, su precio se multiplica por 1.000. Los niños que han sufrido horrendos actos de violencia, forzados a trabajar, pueden desarrollar en su crecimiento, enfermedades mentales como depresión, culpa, ansiedad, pérdida de confianza y desesperación. Trabajo que se realiza hacinados en habitaciones sin apenas ventilación y pobremente iluminadas situadas en los barrios más pobres.

Plausible es que en nuestro país y la Unión Europea se proteja el trabajo digno en todos los sectores, e incluyendo normas fundamentales del trabajo, como lo es la eliminación del trabajo forzado.

Los Veintisiete, a través de una Directiva pendiente de aprobación, buscan garantizar que esos productos no sean aceptados en el Mercado Único de la UE, ya porque hayan sido producidos en Europa o en el extranjero; se trata de prohibir productos elaborados con trabajos forzosos, así como su comercialización o puestos a disposición en el mercado de la Unión Europea.

Y en casos de sospechas de haber sido elaborados de ese modo, las autoridades del país de recepción, podrán iniciar una investigación, incluso petición de información a la empresa que va comercializarlo, así como inspecciones en los lugares de trabajo. De comprobarse la certeza, las autoridades ordenarán la retirada del producto y prohibirán su venta y exportación; y las empresas deberán deshacerse de las mercancías en cuestión, mientras que las autoridades aduaneras supervisarán el cumplimiento de la prohibición de exportar o importar productos prohibidos en las fronteras de la UE.

Y es que la educación del niño, es un aspecto importante durante su crianza, ya que permite desarrollar las habilidades que necesitarán para progresar en el mundo moderno. Está proscrito el trabajo de menores en prácticamente todo el mundo, lo que ocurre es que hay permisibilidad en países menos desarrollados.

Y es que el trabajo a una edad temprana impide a los niños asistir a la escuela y obtener dichas habilidades. Adicionalmente, los efectos psicológicos del trabajo infantil son a menudo tan críticos como los efectos físicos, los cuales pueden llevar a traumas duraderos.

No se puede permitir que el trabajo de menores en ínfimas condiciones, sirva para el enorme lucro que experimentan las grandes marcas en sectores como ropa, manufactura, bordando telas, tejiendo alfombras, o pegando en vestidos falsas joyas. 

Bienvenida sea esa nueva Directiva europea y que sirva para poner coto al trabajo de menores en esas condiciones.