Opinión

Primera votación en el Congreso

Primera votación en el Congreso

La votación de la Presidencia del Congreso tenía todos los ingredientes para que el suspense se prolongase hasta el mismo momento del recuento. Como se vota en papeleta introducida en urna, había la posibilidad de anunciar una cosa y ejecutar otra, como también de que se produjeran errores y al final alguien se quedase con cara de novio o novia compuesta y sin pareja en el altar.

Sin embargo, a primera hora de la mañana se deshojó la margarita y Junts anunció un acuerdo con los socialistas. A partir de ahí, el suflé de la expectación se vino abajo. Seamos sinceros: era lo previsible. Recordemos lo que había sucedido días antes: el PNV, al que se identifica como el partido nacionalista más conservador, había dicho que ni por activa ni por pasiva iba a facilitar una investidura de Alberto Núñez Feijóo. Entonces, ¿por qué iba Junts, que es más soberanista que el PNV, a hacerle un favor al PP?

Un segundo aviso de lo que se venía llegó con los nombres de los aspirantes a presidir el Congreso: el PSOE se decantó por Francina Armengol, expresidenta balear, proclive al uso de las diferentes lenguas y que se ha entendido con el catalanismo rampante;por contra, el PP eligió a Cuca Gamarra, una diputada que ha sido muy beligerante con los nacionalistas, de manera que parecía apostar por la derrota o animar al bando contrario a cerrar filas y superar diferencias. Gamarra, por cierto, todavía no ha explicado su particular transición entre apoyar a Pablo Casado, incluso cuando arremetió contra Isabel Díaz Ayuso, y después cambiar de favorito y colocarse al lado de Núñez Feijóo.

¿Supone lo de este jueves que la investidura de Sánchez está asegurada? Pues no. De hecho ya se encargaron ERC y Junts de aclarar que una cosa era la constitución de la Mesa y otra el sí a otro mandato de Sánchez. Para ese partido queda mucho y seguramente también se llegará al minuto final, o incluso a la prórroga. Ahora lo que está por ver es si primero habrá candidatura de Feijóo a la Presidencia.

El dirigente del PP tiene que presentarse ante Felipe VI no solo con ganas de intentarlo sino con un número de diputados mínimamente suficiente para recibir el encargo. Ya existe el precedente de Mariano Rajoy, que declinó al ser consciente de que no iba a tener apoyos. Pero creo que Feijóo lo va a intentar sí o sí. Por dos razones: porque el precedente de Inés Arrimadas en Cataluña enseña que no queda bien el que gana unas elecciones y no hace el esfuerzo, aunque sea baldío, de presentarse a la investidura y, segundo, porque tiene a Díaz Ayuso esperando su momento.