Cultura

'El Chato y la Bella', el hermoso retrato coral de Algeciras de Tomoyuki Hotta

'El Chato y la Bella', el hermoso retrato coral de Algeciras de Tomoyuki Hotta

Una pareja de músicos; un grupo de carrozas corredores simulando el Abbey Road de los Beatles; la soledad de una mujer mayor con sus palomas de la plaza Alta; el alcalde y su hermano el presidente de la APBA; un fotógrafo y su redactor; dos enamorados, sin importar la edad; un cuidador del zoo y su tigre; una madre y su hija; dos socios empresarios; un grupo de bailarinas; un grupo de teatro; dos fruteros...

Pasearse estos días por la sala Cajasur, en la calle Convento, es una oportunidad para contemplar un retrato coral de la ciudad. Personajes sacados de su vida cotidiana, inmortalizados en la instantánea de su relación. Normalmente parejas, pero también grupos que, por su afinidad o por su actividad, construyen juntos una realidad cercana y viva de la Algeciras que se esconde por todos los rincones.

Detrás del objetivo, Tomoyuki Hotta, un algecireño genial que nació en Japón y que sabe como nadie sacar las esencias anónimas de la ciudad, hurgar en la intrahistoria más de andar por casa, y elevarla a la categoría de retrato artístico, de testimonio de la forma de ser, vivir y sentir de los algecireños.

Mención especial para los textos de Miguel Vega, pies de foto breves que sacan como en un microcuento la esencia inmortalizada detrás de la imagen, la historia que se cuenta sin palabras y sin movimiento.

'El Chato y la Bella' es una exposición para no perderse. Allí encontrarán además a nuestro fotógrafo nipón, cámara en mano y sombrero en ristre, dispuesto a charlar con todo el que se acerque y explicarle los secretos que se esconden detrás de su fotografía.

El viernes, por cierto, fue la inauguración, donde sus músicos se salieron un rato de los cuadros para darle vida y alma al evento.