Parafraseando los argumentos de los abogados, el portavoz de Vox subraya que el detenido "convivía con otras personas de su misma nacionalidad, meses antes de cometer el atentado comenzó a leer a través de internet páginas de terrorismo; eligió iglesias cercanas unas a otras; conocía el horario de misas, con la finalidad de poder atentar contra la religión católica y quienes la encarnan (sus sacerdotes) y resto de fieles que acuden a diario a profesar su fe; y planeó de forma macabra su acción".

Gallardo señala que "la familia no merece sufrir el dolor al que se están enfrentando en este momento. En mi opinión, la concesión de reducción de penas a terroristas amparadas en eximentes psiquiátricos es un tema muy delicado y que debe ser abordado con mucho cuidado, y si bien es cierto que algunas personas pueden sufrir enfermedades mentales que pueden afectar su capacidad para comprender la naturaleza de sus acciones, esto no debe ser utilizado como una excusa para justificar actos terroristas. Los terroristas son responsables de sus acciones, y deben ser juzgados en consecuencia".

Además, el portavoz de Vox resalta que "otorgar reducciones de pena a terroristas con problemas mentales podría enviar un mensaje equivocado a la sociedad en general, lo que podría suponer un precedente peligroso. Podría ser visto como una forma de recompensa por sus acciones terroristas y podría incluso inspirar a otros a cometer actos similares en el futuro".

Por último, el concejal de Vox destaca que "es importante que la sociedad se vuelque con la familia de Diego Valencia, y espero que los tribunales sean muy cuidadosos al considerar las pruebas psiquiátricas".