La otra orilla

La otra orilla
Los amores en secreto
de los que nadie conoce
pasión, verdad ni horizonte, 
morir lo hacen en silencio
sin que se les ponga nombre,
sin la razón de los hombres
que los ubique en el tiempo,
falleciendo a paso lento 
en una tumba sin flores. 
Triste canto del recuerdo 
es todo cuánto a la postre 
pervive en los corazones 
que van a su propio entierro, 
en un luto sin honores, 
perdidas ya las pasiones
derramadas tras el velo, 
que amortajara los besos
como arras para Caronte. 
¡Frías aguas del Estigia, 
deteneos un instante
antes de cruzar la orilla! 
¡Quiero llegar en la quilla 
de los brazos de mi amante!
¡Quiero volver a tiempo antes, 
cuando los días sin prisas 
arropaban anhelantes
redondas formas afables
en la luz de su sonrisa!

La otra orilla