Opinión

El que más lo merecía

El que más lo merecía
Iván hace el gesto en homenaje a Jose 'El Negro'. FOTO: ACF
Iván hace el gesto en homenaje a Jose 'El Negro'. FOTO: ACF
El fútbol premió a un futbolista de leyenda. El que vivió el barro y más allá. El domingo, ante el colista, llega un partido trampa como advirtió Ania aún con la euforia por el triunfo en el clásico.

Si alguien merecía ese gol y en ese partido era Iván Turrillo. Una frase que resonó en el vestuario del Mirador tras el triunfo, tercero consecutivo, sobre el eterno rival. Desde el primer hasta el último integrante del plantel, del club y de la afición, “no hay calificativos para expresar lo que nos apoyan”, Borja Fernández, sentenció tras el duelo. El gallego, cuestionado sobre la figura de su capitán, con él presente y entre risas, dijo "él nos ha metido ese veneno, es un crack y se lo merece".

Todos ellos saben que Iván es el emblema del Algeciras, el que sufrió el barro y más abajo, el que resurgió en varias ocasiones para volver a caer y el que lleva grabado a sangre y fuego esta bendita pasión. Roni ni siquiera tuvo intención de bromear con la autoría del tanto ante el eterno rival. Sí, ya había marcado uno definitivo en Segunda B y en esa misma portería, pero queda claro que esto no tiene nada que ver con la antigua categoría de bronce del fútbol patrio, es lo mismo, pero no es igual. 

Lo fácil es quedarse con la garra, el compromiso, y los valores. Pero además, el niño de El Cobre, también tiene el juego en la cabeza, casi siempre mejora la jugada que pasa por su centro de acción. No debe ser casualidad que, tras tantas categorías y tantos entrenadores, todos acaben apostando por él. 

La Resaca comienza hoy de manera feliz, como no podía ser menos. Son tres puntos, valen lo mismo que los de Sanlúcar y ojo, los importantísimos, del domingo próximo en Sevilla, pero ya se sabe que hay algo, mucho más.

Ania, que sigue en segundo plano y sin aspavientos, no sólo dijo que la grada estuvo de 10, sino que advirtió de lo que se avecina en la capital de Andalucía. No está de más tenerlo presente durante todos estos días de merecida y controlada alegría. “Es un partido trampa” advirtió el asturiano tras la efervescencia vivida en el santuario algecirista .

Un estadio que, de nuevo, lució sus mejores galas. Algo que se está convirtiendo en una maravillosa costumbre y con el Fondo Sur dirigiendo la orquesta en la que, esta vez, estaba el alma del Negro (va por ti) y siempre presente Juan Antonio.

En Heliópolis ya saben que habrá invasión, otra más, de un bendito puñado de locos. Entre ellos, por fin, ya parece que ni habitan los que se ponían a repartir carnets, o presumían de vivir épocas, no tan cercanas, más allá de los infiernos. Ya escribimos que eran cuatro con ganas de ruido, rancios y envidias. Seguro que saldrán, a la mínima, pero el movimiento que se está generando, demostración en Sanlúcar tras dos derrotas, parece que ha venido para quedarse.

Los algeciristas, TODOS, siempre estuvieron-estuvimos, ahí. Con enfados, con dudas, con apoyos más o menos incondicionales y aguantando lo que la mayoría no habría conseguido. Es de justicia que los de aquella generación, los de algunas más jóvenes y los nuevos, palpen que esto es algo Especial. Ojalá los que hoy tienen 10-12 años y están viendo al equipo de su vida competir en una liga profesional y muy cercana a la élite, no tengan, nunca, que recordar visitas a lugares casi innombrables porque eso ya es historia. Conviene no olvidarla, pero más que para poner medallas de dudosa categoría, para no repetirla y valorar lo que se está haciendo en todos los niveles.

El partido tuvo los alicientes que se le piden a los clásico. Pasión, emoción y polémica. Más allá de eso también dejó claro que el Algeciras se ha ganado el respeto de todos los que acuden a su templo. Desactivar a Leiva, Romero y Roni, evitar la salida en tromba, impedir que no consiga velocidad en el juego. Argumentos que, durante un tramo del arranque, logró la Balona y otros equipos. Claro que eso desgasta y luego no te da para tener frescura arriba, no sólo el pasado domingo, sino en general. Esto también es de valorar.

Ania y su plan

Ania tiene un plan y lo lleva hasta el límite. Sin ser esclavo de una idea, ha conseguido que su equipo sea reconocible en el campo. Ahora, además, cuenta con variables suficientes, más allá de lo del lateral derecho – Duarte merece un aparte- Variables como Tresaco, Bueno y los que ya estaban. El juego del centro del campo rojiblanco ofrece posibilidades y aunque aquí se estudia todo, los nuestros siempre parecen encontrar salidas. Por eso es tan relevante poner en valor tanto lo que hacen los que defienden la sagrada prenda algecirista, como no olvidar que enfrente hay un rival que, a veces es mejor por momentos, y que ahí también hay que sufrir.

La semana será bonita, habrá tiempo para ver una y otra vez el gol de Iván, cualquiera le dice que no fue suyo, recordar su gesto al negro y a los estibadores y pensar que son 39 puntos. Todo ello antes de un duelo ante el colista. Un equipo que cuenta con algunos jugadores que llegarán a la élite. Por eso, hay que tomarse la cita muy en serio, la obligación es ganar y ese el peligro. Claro que un triunfo sería casi definitivo para pensar que la permanencia estaría muy cerca y entonces soñar, soñar y soñar. 

Porque, ya sabe usted querido lector que los clásicos se ganan y últimamente eso lo hace un equipo que es valiente, luchador y que tiene corazón, alma y una grada como pocas... Sigamos